Fuí mordida por capricho, un hombre vampiro se obsesionó conmigo y me convirtió en lo que soy ahora una amenaza.
Una niña inmortal.
Con mis apenas 11 años vivi lo que un niño no debía vivir, soy de la dinastía otomana, hija del gran sultan, decidí...
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En Rochester- Nueva York el año ya había pasado con rapidez, Esmeray Sulayman era una niña más en toda la ciudad, tenía un par de amigos que jugaba pero no era tan unidos ya era como una "niña normal", Camilo ya había entendido el dolor de su Sultana y hacia todo lo posible para que la niña inmortal tenga todo lo que quería.
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Camilo.B:─ ¿Qué te he dicho? - mire a mi sirviente y sonreí jugando con mi vestido. ─ Te dije que no traigas a los cadáveres - agarró el cuerpo del hombre y le arranque un brazo.
Esmeray.S:─ Camilo no seas tan aburrido, mira nadie me vió, es de noche y nadie estaba cuando lo traje además... - sonreí con inocencia ─ Es divertido jugar un poco con la comida - saboree el brazo tomando la sangre.
Kennedy.W:─ Dejala Camilo, nadie la vio yo le creó - sonreí abrazando a mi querido sirviente. ─ Además podemos deshacernos del cuerpo en unos minutos - el acarició mi cabello.
Los golpes hizo que los tres integrantes de esa familia se vieran, Esmeray sonrió con felicidad corriendo con su velocidad hacia su cuarto llendo a su balcón.
Esmeray y Rosalie tenían sus balcones algo unidos y cuando se querían ver o querían platicar de algo siempre se llamaba con golpes en la madera.
Rosalie.H:─ Buenas noches Muñeca - sonreí con emoción recostada en la madera del balcón. ─ ¿Ya comiste? - asenti suavemente mirándola.
Esmeray.S:─ La comida estaba muy rica- hablaba de la sangre del hombre que acaba de tomar. ─ ¿Y tú? - ella me devolvió la sonrisa.
Rosalie.H:─ También comí, y te quería decir que mañana iré a caminar con mi prometido Royce King - mi sonrisa se disminuyó mordiendo ligeramente mi labio. ─ ¿Sucede algo? - negué con la cabeza. ─ ¿Segura? - arqueo una ceja.
