POR UN NUEVO AMANECER ( Tn x Sanemi )

Nueva Misión

Ha pasado unos días desde que Tn y Sanemi se confesarán lo que sienten el uno por el otro. Sanemi pasaba todo el día en la finca de ella, ahora que no lo llamaban para las misiones quería aprovechar el tiempo con ella y así cuidarla y ayudarla en sus ejercicios físicos para mejora.

TN

Otra mañana mas abrí los ojos y lo primero que vi era a Sanemi dormido a mi lado, no pude evitar el apartarle los pelos de la cara despacio para no despertarlo. Creo que el ver como duerme va a ser lo que mas me guste a partir de hoy, pude escuchar un leve gruñido que me pareció muy tierno y me dio algo de gracia realmente. Me acurruque a su lado y deje mi cabeza debajo de su barbilla y lo abrace para cerrar los ojos, me relaje tanto que me volví a dormir.

Cuando me desperté nuevamente, me encontraba sola y pude escuchar ruido en la parte de la cocina, me levante despacio y me vestí para ir a la cocina después.

Sanemi: mierda joder maldita sartén!

Me apoye en la puerta y aunque intente no reírme para que no se diera cuenta de que lo estaba mirando, me fue imposible no reír con la pelea que tenia con los trastos. Cuando me escucho se giro y cambio su cara de mal humor a una mas suave.

Sanemi: veo que lo pasas bien eh

Tn: es muy gracioso verte en la cocina cuando no es propio de ti cocinar, no te voy a mentir.

Sanemi se acerco y me rodeo la cintura con sus brazos y ambos quedamos con nuestras frentes juntas, yo colocaba mis manos en su pecho descubierto por el uniforme de mata-demonios. 

Sanemi: que tal estas? te duele?

Tn: estoy bien, solo me dolió un poco al levantarme 

Sanemi: muy bien, sigue tomándolo tranquilamente si? no te esfuerces mas de lo necesario

Tn: no te preocupes seguiré como hasta ahora

Sanemi: genial 

Sanemi se acerco a mi y me dio un beso en la mejilla a lo que le respondí con una caricia en su mejilla.

La mañana paso volando, decidí que la comida la haría yo, a regañadientes me dejo sola en la cocina, se que no quiere que haga esfuerzos ni movimientos bruscos por ello para que este mas tranquilo le pedí que me colocase todos los ingredientes cerca y así no tendría que hacer ningún esfuerzo, parece que eso lo dejo mas tranquilo.

Estábamos comiendo y charlando un poco de como seria una vida sin esos malditos demonios, cuando escuchamos el sonido de uno de los cuervos, este se poso en el hombro de Sanemi, y lo supe y se que el también.

Sorai ( cuervo) : aag agg!! misión para ti sanemi!

Ambos nos miramos yo no pude evitar el agachar la mirada, ya me había acostumbrado a pasar todo el día con el, realmente parecía que teníamos una vida juntos, y tras un profunso suspiro lo mire y me obligue a darle una gran sonrisa,  el simplemente se acerco y me dio uno de sus abrazos que tanto me reconfortaba.

Sanemi: prometo que volveré de una pieza, no te preocupes, tu sigue con los ejercicios básicos como hasta ahora y no te sobre esfuerces mucho, ni cuenta te darás de que me fui, volveré pronto

Tn: prométemelo sanemi - seria-

Sanemi: te lo prometo - mira al cuervo- algún pilar mas?

Sorai: el pilar serpiente, el señor Iguro Obanai

Tn: bueno eso me tranquiliza bastante 

Tn y Sanemi volvían a mirarse y unían sus frentes la una con la otra para terminar en un beso que paso de ser tímido a cada vez mas intenso, tuvieron que romper el beso cuando empezó a faltar el aire.

Sanemi salió de la finca y en menos de 5 minutos desapareció de tu vista, terminaste de comer sola, después te sentaste en el porche y empezaste con la rutina de todos los días, aunque se te hacía muy raro el que Sanemi no estuviese a tu lado.

 SANEMI

Cuando vi llegar a mi cuervo lo supe, tocaba volver a las misiones y aunque no  me hacía ninguna gracia dejar a Tn ella sola no había de otra, asique tras prometerla que volvería vivo junto a ella, era una promesa que no pensaba romper.

Me encontraba esperando a Obanai, nos dijeron que iríamos con dos cazadores mas, ellos estaban esperando también, solo espero que no estorben, no tengo ganas de ser niñera ni de estar mucho tiempo fuera.

Obanai: Siento llegar tarde 

Sanemi: nada solo llevamos aquí unos quince minutos - dice irónicamente -

Obanai: ya ya anda vamos o piensas quedarte ahí parado? 

Sanemi: tsk...

Ambos nos pusimos a caminar detrás de los cazadores que en el camino iban tranquilos, aunque se que cuando lleguemos a la zona exacta empezaran a acojonarse, sigo sin entender porque los tenemos si con los pilares ya somos suficientes.

Obanai: que tal esta Tn? me entere de lo que paso, menos mal que volvió a la vida no? 

Sanemi: pues si, un poco mas y no la cuenta

Obanai: espero que te haya servido de empujón para declararte

Sanemi: que? - sorprendido- 

Obanai: si amigo si, todos lo sabíamos, bueno todos menos vosotros dos

Sanemi : - sonrojado- si ya, ayer hablamos del tema, me estoy quedando en su finca asi puedo ayudarla a recuperarse y a entrenar y me aseguro de que no se se esfuerce de mas

Obanai: me parece buen plan, necesitamos a la pilar del sol 

Sanemi: si, pero no pienso dejar que se vaya sola a otra misión suicida

Obanai: pienso igual que tu, si estuviese en tu lugar tampoco lo haría 

Ambos llegamos al lugar indicado, nos habían comentado que los demonios estaban secuestrando a las mujeres de un pueblo y llevándolas a un castillo en mitad del bosque.

Sanemi: vosotros dos ir por delante y nos cubrís al pilar serpiente y a mi

Cazador1: si señor

Ambos cazadores se pusieron en marcha mientras nosotros íbamos detrás, me fije en la actitud de ambos cazadores, si en el camino estaban tranquilos ahora estaban temblando de miedo, mire a Iguro y este me movía la cabeza en negación, estos tipos no sirven de nada.

La noche en el bosque era muy cerrada, estos dos nos iban a estorbar asique los mandamos de vuelta y nos quedamos solo ambos pilares, estoy seguro que terminaríamos antes con esto. Seguíamos caminando hasta que encontramos el edificio donde supuestamente traían a las mujeres del pueblo.

Sanemi: será mejor que esperemos y veamos que ocurre en este sitio

Obanai: si

Mientras el se subía a uno de los arboles yo me quedaba abajo detrás de un arbusto observando la zona.