Con la caída de la luna, cientos de flotas se dibujaban a lo lejos en la costa espartana. Cada barco, encendido por antorchas, brillaba como luciérnagas dispersas en la noche, danzando al compás suave de las olas. En cada uno ondeaba altiva una bandera, símbolo de cada reino e isla de Grecia.
Era el tiempo del encuentro, la reunión anual bajo los cielos de Esparta. Aprovechando el último calor de otoño, los reinos se congregaban en un ritual antiguo, donde se rendía homenaje a dos artes sagradas: el arte del conocimiento y el arte de la guerra.
Cuenta la leyenda que, en aquellos días, los dioses descendían de sus tronos etéreos y poseían el cuerpo de algún humano devoto, infiltrándose en las competencias para guiar y fortalecer a su pueblo. Era una intervención sutil, un destello de divinidad en medio de la multitud, que hacía latir la esperanza en los corazones de cada reino. En más de una ocasión, estos dones celestiales causaban empates, pues los dioses, en su eterna rivalidad, cruzaban sus fuerzas y voluntades entre las filas humanas.
Los barcos avanzaban lentamente, bañados en el resplandor tembloroso de las antorchas. A medida que se acercaban a la costa, el murmullo de los soldados y sabios que los ocupaban se mezclaba con el susurro del mar, como un cántico que anunciaba el inicio de una celebración anhelada.
En la orilla, el principe Ulises aguardaba imponente, como un guardián milenario. Sus guerreros, alineados en solemne espera, reflejaban la fuerza de la tierra que los forjó. Los filósofos y artistas, de túnicas blancas, observaban el horizonte, listos para recibir el conocimiento que traían otras tierras y compartir el propio como ofrenda sagrada.
Pronto, las playas se llenaron de pasos y saludos entre reinos. Guerreros chocaban sus escudos en señal de respeto, mientras que los sabios inclinaban sus cabezas en reconocimiento. Los dos mundos se unían en una armonía frágil y poderosa, donde la fuerza y la mente, en equilibrio perfecto, trazaban las líneas de un destino compartido.
Así, en el palacio con todos reunidos en una gran cena se dio comienzo la gran convivencia de Esparta, un lugar donde los ecos de la guerra y la paz se entrelazaban, y donde cada alma encontraría un desafío. Los campos se preparaban para la contienda, los foros para el debate, y el aire se impregnaba de una emoción antigua, casi divina: la esperanza de que, al final, sólo los más dignos se alzarían, no como vencedores de sus iguales, sino como hermanos de espíritu y gloria para demostrar el legado de sus antepasados.
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⋆ 🏺Al amanecer del día siguiente se llevaría a cabo la primera competencia.
El arte de la música, dónde todos los músicos de los reinos deleitarían el los oídos y se infiltrarían en el corazón de los oyentes.><><><><><><><><><><><><><><><><
Holiwis bienvenidos a otra historia más jaksjsk, está historia como dije está basada en un rol así que por lo tanto pueda q la valla actualizando de poquito a poco :>, tmbn está historia esta basada en el musical de epic para aquellos q les guste este hermoso musical y para los q no lo hayan escuchado y les interesa la mitología griega ESCUCHENLO! ESTA MUY BUENO 💖 y este musical está basado en la odisea, está historia como dije es de telemaco x Ares así q fumado el ship pero bueno así andamos allá jaksjaks
Eso es todo muchachios espero q tengan una bonita tarde o noche o día ✨
Palabras: 601
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una historia basada en rol (telemaco x Ares)
Hayran Kurgubno pues, está historia está basada en un rol de WhatsApp en un grupo q se está llevando a cabo este rol por lo q como vamos re lentos allá en el rol probablemente no actualize mucho está o actualize bien poquito, así q intentaré darle relleno a est...