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¿Alguna vez alguien se habrá sentido con miedo de tener su primera vez, como él?

Había pensado en esto toda la noche. Más que todo, porque Jungkook pasó la madrugada sudando frío y temblando. Le tomaba de la mano para relajarlo, pero ni siquiera eso funcionaba. El efecto de la pastilla perdió su efecto al día siguiente, y el Alfa entró en un nuevo éxtasis de necesidad. Incluso cuando se levantó por la mañana para arreglarse e ir a la Universidad, tras echarle un vistazo al Alfa, lo primero que lo recibió fue su miembro erecto abultado debajo de la sábanas.

Jungkook, definitivamente no era consciente de cómo estaba su cuerpo en estos momentos. Jimin intentó alejar los pensamientos sucios de su cabeza y se hizo una nota mental de que sólo era el calor de verle así.

Indefenso, inestable, necesitado.

«Focus, Jimin»

El Alfa ingresó a la ducha antes de que Jimin se fuera. El Omega tomó su bata del perchero y se colocó frente a la puerta del baño, pero lo que pudo oír fue jadeos y gemidos desde el interior del baño.

—Hm… Jungkook —habló bajo, para no interrumpirlo— Ya me voy, volveré más tarde, ¿estarás bien?

No hubo respuesta. Jimin se mordió el labio y se dirigió a la salida con rapidez. Bajó las escaleras y llegó hasta una cuadra corriendo. Se detuvo en seco, observando sus pies, los cuales no querían seguir moviéndose. ¿Acaso su lobo le estaba obligando a quedarse con Jungkook?

—Já. —bufó, sin poder creerlo— ¿Me harás darme la vuelta y volver? No seas descarado, hay que mantener el orgullo primero.

Su lobo gruñó en su interior. Jimin se cruzó de brazos.

—¿Acaso te gusta? —el lobo rodó los ojos y se dio la vuelta, ignorando a Jimin— ¡Oye! No puedes hacerme sentir culpable por eso, eres un ingrato. —las personas que pasaban lo miraban como un loco hablando solo.

Pero Jimin estaba teniendo una batalla interna consigo mismo.

—¿Sabes que? —le dijo a su lobo— Volveré, y no porque tú me lo digas, lo haré porque se me da la gana de hacerlo, y creo que olvidé mi cargador, iré por él, veré como está el anciano y nos iremos. ¿Ok?

Su lobo bufó, ignorando las palabras de Jimin.

El Omega se volteó y regresó a la residencia. Tras abrir la puerta, el olor fuerte del Alfa lo golpeó de frente. La casa estaba impregnada en feromonas, Jimin sintió demasiado calor al instante. Dejó sus cosas en la mesa y caminó cuidadosamente hasta el cuarto de baño, pero no había nadie.

Entonces, observó su habitación.

Bien, era de esperarse. Jimin inhaló hondo, se limpió el sudor de las manos con el pantalón y caminó hasta su habitación, abrió lentamente la puerta y asomó la cabeza. El Alfa estaba recostado, con el pecho descubierto y su respiración errático mientras olfateaba una camiseta de Jimin.

Una sensación extraña recorrió todo su cuerpo, entró a la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Jungkook abrió los ojos y lo miró, ni siquiera tenía energía para sorprenderse.

—¿Q-qué haces aquí? —fue lo único que logró decir.

—Olvidé mi cargador. —musitó, avanzó hasta la cama y se sentó a su lado.

Con sólo colocar un dedo en su pecho, el cuerpo del Alfa se estremeció. Sus ojos pasaron de ser oscuros a claros, y su mirada, que antes era de desesperación, ahora era de necesidad.

—Jimin. —gruñó— Será mejor que te vayas.

—Quiero quedarme. —ni siquiera vio venir esas palabras de él, su lobo estaba haciendo de las suyas.

Belong to me © Kookmin Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora