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Jimin caminaba de un lado a otro en su habitación, pensando y analizando lo sucedido anoche. Fueron demasiadas cosas en poco tiempo.

Primero, el Alfa que le gusta besó a alguien más.

Segundo, el Alfa que tenía en su casa, le dio su primer beso.

Y tercero… Le había gustado.

Pensar en la boca de ese hombre lo estaba volviendo loco. Pero Jimin tenía que reaccionar y recapacitar. Se trataba de un Alfa doce años mayor que él, que probablemente esté casado, sea un Playboy, casanova, delincuente, o peor, un fugitivo. Todo era posible, no conocía absolutamente nada de él, sólo su edad y su nombre.

Ahora, Jimin no tenía interés en conocerlo. Bueno, quizás sí le interesaba un poco. Pero no iba a demostrar su interés hacia él después de lo que hizo anoche. ¡Eso sería darle alas a un Alfa! Y Jimin se prometió jamás ceder ante los deseos de un hombre. Y menos, de un Alfa dominante como él.

Sin embargo, y aquí entra el gran pero. En el fondo, muy, pero muy adentro, su lobo quería conocer más a Jungkook. Desde anoche no dejaba de gruñir, quejarse, pensar, sentir, oler sus feromonas impregnadas en el aire. Incluso si esparcía perfume o aromatizante para baños, ese aroma a whisky y lavanda no desaparecía.

Lo que lo llevaba a este punto; Sentir vergüenza.

Pero no podía quedarse todo el día en su habitación cuando tenía un seminario de la facultad de medicina al cual ir.

Con un suspiro resignado, se armó de valor y salió de su habitación, abrió la puerta con cuidado y se asomó, asegurándose de que Jungkook no estuviera cerca.

Con pasos silenciosos, caminó de puntillas hacia el baño. Sin embargo, cuando abrió la puerta del baño, chocó de frente con un cuerpo fuerte que también salía en ese momento.

Jimin se tocó la frente, y, tras levantar la mirada, se encontró cara a cara con Jungkook.

Sin pensar, lo empujó rápidamente con los ojos cerrados, como si eso pudiera alejarlo de su mente y de la situación incómoda.

—¡Auch! —exclamó el Alfa, notoriamente adolorido— Ya van tres veces que me golpeas, me tiras y me pateas. Para ser pequeño de estatura, tienes bastante fuerza.

Jimin abrió los ojos, sintiendo cómo el rubor le subía por las mejillas.

—¡Es tu culpa por aparecerte de esa manera! —se quejó, pero el rubor de sus mejillas era otra cosa.

—No soy yo el que camina como un ladrón a hurtadillas por su propia casa.

—Pues, no fui yo el que le robó su primer beso a un Omega.

«Era intentar defenderse, no tirarle leña al fuego, Park»

Jungkook se acercó lentamente al Omega, invadiendo su espacio personal. Jimin retrocedió hasta chocar contra la pared. Su bilis subió y bajó ante los nervios. El primer pensamiento que se le cruzó, fue que el Alfa lo iba a besar otra vez, y por muy extraño que sonara, la idea no le incomodó. Sin embargo, nada de eso pasó.

Jungkook le señaló la mejilla con una risa burlona.

—Tienes baba allí.

Jimin abrió sus ojos avergonzado y se cubrió la cara.

—¡Tonto anciano! —corrió hacia el baño, y allí se encerró.

Jungkook negó con una sonrisa y se dirigió a la sala para volver a dormir un poco más.

Después de un rato, Jimin apareció en la cocina para servirse un poco de té de Jamaica en un termo. Jungkook lo miró en silencio desde el sillón, ya se había burlado lo suficiente de este mocoso, lo dejaría libre sólo por hoy.

Belong to me © Kookmin Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora