017

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—Yoongi dice que todo está listo. —anunció Jimin en la sala.

—Bien, el vuelo sale en dos horas, tengo que marcharme rápido.

El Omega detuvo al Alfa del brazo. Se miraron en silencio, con el agarre todavía de Jimin en su novio para no dejarlo ir aún.

Las cosas sucedieron de esta manera.

El novio de Taehyung se presentó en la casa de Jimin el fin de semana. Y Jimin le habló sobre lo que estaba pasando con Jungkook. Al principio, Yoongi no estuvo de acuerdo en ponerse de lado de un mafioso, pero Jungkook le dio las pruebas necesarias para demostrarle que la verdadera red malvada era la de Haru y no la de él. Yoongi se llevó los archivos que Jungkook le consiguió, y finalmente le dio una respuesta.

Ahora, el plan de Jungkook era viajar a Japón y hacerse la vista gorda para llegar de imprevisto al club donde Haru estaba haciendo su trabajo macabro. Jimin no estuvo muy de acuerdo al principio, pero Jungkook le prometió que estaría de regreso rápido.

Pero ahora que se tenía que ir, Jimin no deseaba soltarlo.

¿Tenía algo que ver con el hecho de ser destinados? ¿O simplemente se había acostumbrado a tenerlo siempre alrededor como una barajita repetida?

—¿Qué sucede, amor? —preguntó Jungkook, tomando las manos del rubio.

—Estoy preocupado de que te quieran hacer daño otra vez.

—No me va a pasar nada. —le aseguró— Te quedarás aquí hasta que yo vuelva de Japón. Y nos mudaremos juntos.

—¿Mudarnos a dónde? ¿Qué tiene de malo mi casa, eh?

—Necesitaremos una casa más grande para todos los cachorros que se vendrán en el futuro. Además, planeo abrir un negocio de vinos en Seúl. Todo eso me tomará tiempo, en lo que nuestro bebé nace.

Jimin soltó un suspiro y lo abrazó. Jungkook le correspondió dicho abrazo con una sonrisa. Le besó la frente, transmitiendole la seguridad que necesitaba para que estuviera más tranquilo.

—No tardes mucho. —le pidió.

—Me tomará unos días, pero vendré sano y salvo. ¿Me das un beso de despedida?

Jimin bufó, pero se colocó de puntillas y le besó los labios.

—Anda y ven rápido. Aquí te esperaré.

Jungkook tragó saliva con su corazón retumbando de amor por dentro. Acunó las mejillas del rubio y estampó su boca con la del menor. Jimin gimoteó ante la intromisión de su lengua. Duraron besándose un largo rato, como si el tiempo se hubiera detenido allí mismo. Después de un rato, el beso se cortó para que ambos pudieran respirar mejor. Jungkook lo miró con una sonrisa y se alejó hacia la entrada para abrir la puerta.

Así fue como Jimin quedó solo después de tanto tiempo acompañado.

Y esa sensación fue abrumadora.

Jungkook paró frente a una casa a una cuadra de Jimin. Tocó la puerta, y de esta salió Ryu, sorprendido de ver a Jungkook allí frente a su casa.

—¿Necesitas algo? —preguntó.

—Quiero que me hagas un favor. Me lo debes por haberme seguido todo este tiempo.

—¿Qué favor? —inquiere.

Jungkook odiaba decir esto, pero era necesario.

—Mientras no estoy, vigila a Jimin. —pidió— E infórmame lo que haga, a dónde sale, y quién entra y sale de su casa.

Belong to me © Kookmin Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora