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—No es necesario que me acompañes hasta la parada del autobús, Jungkook.

Jungkook, que se estaba colocando una sudadera, lo miró con una ceja levantada.

—No te dejaré ir solo.

Jimin soltó un suspiro, sintiéndose un poco abrumado por la insistencia de Jungkook.

—¿Por qué te preocupas tanto por eso? Actúas como alguien que guarda demasiados secretos.

La expresión en el rostro de Jungkook fue confusa para Jimin. Era como si realmente hubiera dado en el blanco con él. ¿Entonces de eso se trataba? Secretos.

Secretos de los cuales Jimin era ajeno.

—Vas tarde, vamos. —el Alfa abrió la puerta tras de Jimin.

—¿Seguro que puedes salir ahora? ¿No te duele nada? —insistió, siguiéndolo a las escaleras.

—Estoy perfecto, tengo a un Omega cuidando de mí. —sonrió en su dirección, aligerando un poco el ambiente.

Jimin esbozó una pequeña sonrisa y entrelazó su mano con la suya. Ambos caminaron escaleras abajo para llegar al centro y detenerse en la parada de autobús. Jungkook le arregló la mochila y el cabello a Jimin, como si fuese un niño pequeño yendo a su primer día de clases.

—Para ya, me avergüenzas. —Jimin le apartó la mano, sintiéndose apenado y sonrojado.

Jungkook se acercó, mirando de cerca sus ojos.

—Que lindo te ves cuando te sonrojas, amor.

—¡Ya! —el rubio se cubrió las mejillas, evitando las miradas de algunas ancianas que estaban a un costado. Jungkook sonrió, y le besó la mejilla.

—Lindo.

Afortunadamente, el autobús de Jimin llegó. El Omega se alejó del Alfa, evitando a toda costa mostrarse afectado por esas muestras de cariño.

—Ya me tengo que ir, no hagas nada tonto. —lo señaló.

—Cariño, ¿por quién me tomas? Soy un adulto responsable. ¿Qué haré? ¿Robar un banco? ¿Golpear a alguien? ¿Quemar la cocina?

—Chistoso, mantén tus manos alejadas de mi cocina.

—Lo que tú digas, ve con cuidado.

Jimin se mordió el labio y subió al autobús, sin embargo, se dio vuelta y bajó corriendo hacia Jungkook para darle un fogoso beso en los labios. El Alfa quedó atónito, completamente en blanco. Jimin subió de vuelta al autobús, sentándose en los últimos asientos. Finalmente, el bus se marchó. Jungkook parpadeó, sintiendo sus mejillas sonrojadas.

Se quedó en la parada, esperando a que el autobús desapareciera en la distancia. Una vez que el vehículo se perdió de vista, comenzó a caminar de regreso a casa, pero no antes de mirar a su alrededor con cierta sospecha. El aire fresco parecía más pesado, y Jungkook se sintió inquieto. Miró hacia los autos estacionados y las sombras de las calles, como si algo no estuviera bien.

Habían ojos mirándolo, y él lo sabía perfectamente.

No estaban solos.

[🖤]

Jimin se levantó de su pupitre al sonar la campana que indicaba el final de la clase. Estaba ansioso por salir y volver a casa con Jungkook, lo cual era muy extraño, porque hace un mes no lo toleraba. Pero ahora, aquí estaba, emocionado por verlo y molestarlo.

Antes de que pudiera dar un paso hacia la puerta, escuchó la voz de su profesor llamándolo.

—Jimin, un momento, por favor.

Belong to me © Kookmin Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora