009

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Jimin se inclinó sobre Jungkook, sus dedos delicados revisando los puntos de la herida en el abdomen del Alfa. La luz del sol entraba por la ventana, iluminando la habitación con un cálido resplandor. Jungkook, recostado en el sofá, acariciaba suavemente el cabello de Jimin, mientras el Omega le colocaba una venda nueva.

—Estás mejorando —dijo Jimin con una sonrisa—. Pero necesitas mantenerla unos días más para evitar que te lastimes de nuevo.

Jungkook lo miró con intensidad, sus ojos oscuros llenos de gratitud y cariño. En un impulso, lo jaló hacia él, atrapándolo en un hambriento beso.

Se le había hecho una costumbre besar al rubio cada que quería. Y claro, a Jimin no le molestaba eso.

—¿Es obligatorio que vayas a hacer ese proyecto en casa de tus compañeros? —preguntó Jungkook, con su voz un poco más grave de lo habitual.

—Sí, es parte de mi puntuación final. Necesito pasar este semestre con calificaciones altas.

—¿Habrán más Alfas? 

Jimin entrecerró sus ojos.

—¿Estás preocupado de que hayan otros Alfas en el apartamento?

—Pff, no. —desvió la mirada como un cachorro celoso. Jimin negó con la cabeza y le dio un beso en los labios.

—Volveré en un rato.

Jungkook suspiró, dejándolo ir. Jimin se levantó, y con un último beso, tomó su mochila y salió de la casa, dejando al Alfa con un puchero en los labios.

Durante un rato, Jungkook se acomodó en el sofá y encendiendo el televisor para ver un partido de béisbol. La emoción del juego lo distrajo.

Esto parecía unas mini vacaciones. Antes de todo el problema, se la pasaba viajando al extranjero y haciendo negocios ilícitos con otros mafiosos. Había dejado Japón y su mansión con la intención de desaparecer un tiempo de las personas.

Y aquí estaba.

El destino jugaba sucio a veces.

Pasaron unos minutos del juego, hasta que un extraño ruido resonó en la entrada. Jungkook se tensó, su instinto protector despertando. Sin pensarlo dos veces, se levantó y se dirigió hacia la puerta. Sin embargo, antes de abrirla, tomó un cuchillo de la cocina.

Afuera se escuchaba pasos y la manilla intentando abrirse, Jungkook se preparó,
con cautela, abrió la puerta y, al apuntar con el cuchillo, se encontró cara a cara con un chico castaño que gritó y cayó al suelo, asustado.

—¡¿Qué demonios?! —exclamó el Alfa de cabello castaño— ¡¿Quién eres tú?!

—Responde tú primero. ¿Quién eres y qué haces intentando entrar a la casa de otra persona?

—Me llamo Taehyung… Soy amigo de Jimin. —murmuró.

Jungkook lo miró de arriba a abajo, dudoso.

—No te creo.

Taehyung sacó su teléfono mientras se levantaba del suelo.

—Puedo llamarlo si quieres y así compruebas que digo la verdad.

Jungkook bajó lentamente el cuchillo, aunque su desconfianza no desapareció por completo.

—Bien, hazlo.

Taehyung marcó el número de Jimin y colocó el altavoz. Esperaron unos cuantos tonos hasta que la voz del Omega resonó en el altavoz.

Dime. —dijo Jimin.

Belong to me © Kookmin Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora