Una caja entera de cigarrillos usados adornaba la mesita en la sala de estar. El sol ya había salido por la mañana y los pájaros cantaban sobre el tejado. Pero Jungkook no había pegado el ojo en toda la noche. Y todo gracias a Jimin. El Omega se mantuvo encerrado toda la noche en su habitación sin salir siquiera a comer algo. Jungkook quiso darle su debido espacio para no presionarlo.
La situación con su madre se había salido completamente de sus manos. Por la mente de Jungkook pasaron muchas cosas, una de ellas era darle una lección a su querida suegra. Já, lo tenía más que merecido, por supuesto. Pero después de pensarlo un poco, decidió no actuar imprudente.
Se trataba de la madre de su Omega, por muy molesto que estuviera, tentar contra la vida de la familia de Jimin no estaba en sus planes. No era esa clase de criminal.
No era como su padre.
La incertidumbre de querer saber un poco de la vida de Jimin, lo llevó a un abismo de dudas con respecto a su relación. Le quería, eso era un hecho. No iba a dejar a Jimin por mucho que estuviera molesto. El primer paso para su relación era hablar sobre las cosas que les preocupaban. Si bien, Jungkook no tenía moral para decir eso, por lo mismo de que le ocultaba demasiadas cosas a Jimin. No deseaba que su relación se basara en reprimir las emociones del otro.
Tenía que hacer algo al respecto.
Se levantó del sofá con el dolor de espalda matandolo por dentro. Se acercó a la habitación de Jimin y alzó el brazo para tocar la puerta, pero el Omega la abrió de golpe, topandose frente a frente con Jungkook.
—Eh, buenos días. —dijo Jungkook, rascándose la nuca.
Jimin lo miró avergonzado y pasó por un costado para dirigirse al baño. Jungkook quedó desconcertado tras ser ignorado. Entendía que estaba sensible por lo de anoche, ¿pero era necesario pagarlo con él? ¿Acaso hizo mal en defenderlo?
Tras una rápida ducha, Jimin se dirigió a la cocina para prepararse un poco de yogurt con cereal. Jungkook se secaba el cabello en la sala, mirándole dudoso, sin saber cómo actuar a continuación. Nunca pensó que terminaría en esta situación. Él, un mafioso respetable, siendo acorralado por un Omega doce años menor que él.
Já.
Se colocó una camisa de botones negra dejando parte de su pecho descubierto, y unos pantalones de gabardina junto a un cinturón de cuerina. Por lo menos Wooyoung le había dejado algo de ropa antes de irse.
Jimin se volteó con el tazón, pero quedó boquiabierto al ver a Jungkook vestido de esa forma. El Alfa se arregla el cabello con un aura peculiar. Pero no le quiso dar mucha importancia, aún sentía vergüenza por lo de anoche.
Jungkook se sintió feliz de ver que había obtenido la atención de Jimin, pero esta felicidad desapareció cuando el rubio pasó de largo hacia su habitación. Sin dirigirle siquiera la palabra.
—¿Pero qué carajos..?
Estaba confundido, ¿de verdad había hecho algo malo?
De todas formas, no tenía tiempo para adivinanzas. Se acercó a la puerta y habló, aún sabiendo que probablemente Jimin no le respondería.
—Saldré. —avisó— No hagas nada tonto mientras no estoy.
Sin respuesta. Era muy desconcertante la situación, pero intentó no darle vueltas, se marchó finalmente tras esperar unos cuantos segundos para ver si Jimin respondía algo. Aunque sea un “Adiós”.
Jimin se mordió el labio, cayendo de espaldas en la cama y cubriéndose el cuerpo con las mantas. ¿A dónde se supone que iba? ¿Desde cuándo sale tanto? ¿Con quién se ve? ¿Estará molesto por lo de anoche? Jimin tenía cientos de preguntas que no era capaz de hacerle a Jungkook por más que quisiera.
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Belong to me © Kookmin Omegaverse
Teen FictionDonde Jimin es un estudiante de medicina que termina ayudando a un Alfa malherido de la calle, sin saber que se trataba del mafioso más buscado del país. © Historia de mi autoría. Cualquier copia/modificación/adaptación sin consentimiento previo, s...