para iniciar esta aventura voy a recalcarles que lo que narro no es ninguna ofensa o algo malo Asia personas que tiene estas enfermedades solo es algo que deseo expresar a medida voy escribiendo quisa tenga algunas fayas espero comprendan
El 30 de diciembre de 1995, nació Kim Taehyung en Corea del Sur. Parecía que todo estaba bien; un niño sano, una familia que soñaba con un futuro brillante. Pero a medida que los años avanzaban, Kim comenzó a presentar problemas de salud que alarmaron a sus padres. Después de múltiples visitas a distintos médicos, uno de ellos dio la noticia que cambiaría sus vidas para siempre: Kim, con apenas tres años, padecía cáncer pulmonar, una condición que parecía haber heredado de la familia paterna.
Esta revelación generó una disputa amarga entre sus padres. La madre, destrozada y llena de impotencia, le reprochaba al padre el no haberle contado sobre esta posible herencia genética. Pero él lo negaba, defendiendo que nunca había imaginado que algo así pudiera afectar a su hijo. Aquella tensión fue demasiado, y la relación entre ellos no sobrevivió al dolor, la rabia y la culpa.
En medio de esta tragedia, quedaba Kim Taehyung, un niño demasiado pequeño para entender la gravedad de su situación, pero lo suficientemente sensible para sentir el peso de las miradas de preocupación. Desde los tres años, el hospital se convirtió en su segundo hogar, los médicos en sus conocidos, y los tratamientos en una rutina que le robaba su infancia.
Su único consuelo en aquel lugar frío y esterilizado fue un viejo diario que su primo Seokjin le regaló cuando cumplió cinco años. Ese diario se convirtió en su compañero silencioso, un confidente donde vertía su inocencia, su miedo y sus pensamientos. En esas páginas, Taehyung escribía su propia historia, la historia de un niño que, aun en medio de la adversidad, buscaba un poco de luz entre las sombras.
Así quedó plasmada una hoja más en el diario de Taehyung, ese fiel guardián de sus pensamientos más oscuros y secretos, donde volcaba lo que no podía decirle a nadie. Era el 15 de noviembre, y una vez más lo llevaban a la sala de quimioterapia, ese lugar frío que se sentía como una prisión. Cada sesión parecía robarle un poco más de vida, de fuerzas, dejándolo más vacío que antes.
El hospital era todo lo que conocía, su único paisaje desde que tenía memoria. Casi había olvidado el rostro de su padre, apenas veía a su madre, y su mundo se limitaba a los pasillos grises, las agujas, las luces duras del hospital y las enfermeras que parecían extraños familiares. ¿Cuántas veces más tendría que soportar esto? Era una pregunta que ni siquiera su madre se atrevía a contestar. Ella le sonreía con ternura y le repetía que todo era por su bien, pero Taehyung veía en sus ojos el mismo miedo que lo consumía a él. Sabía que ella no podía hacer más, que su amor no bastaba para vencer a la enfermedad.
Hoy, mientras el líquido de la quimioterapia recorría sus venas, Taehyung miraba a su alrededor, perdido en el dolor y en el letargo. Fue entonces cuando algo llamó su atención. En la esquina de la sala, un chico pálido estaba junto a un niño pequeño, que también recibía su tratamiento. Taehyung observó cómo el chico abrazaba al niño, murmurándole palabras suaves, y, en un gesto lleno de ternura, le cantaba. Taehyung no podía apartar la vista. Era como ver un milagro que él nunca había conocido.
Sintió una punzada de envidia tan fuerte que dolía más que cualquier inyección. Ese niño tenía a alguien que lo acompañaba, alguien que se quedaba a su lado, alguien que parecía dispuesto a absorber parte de su sufrimiento, aunque fuera solo un poco. Taehyung nunca había tenido algo así. Desde que podía recordar, había enfrentado cada sesión solo, en silencio, con su único consuelo en las páginas de su diario. No había nadie que le cantara, nadie que lo abrazara mientras luchaba por mantenerse fuerte.
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TAEHYUNG TIENE CÁNCER
RandomQuerido diario, Hoy, 15 de noviembre de 2003, me llevarán otra vez a quimioterapia. A veces siento que ya no puedo más. Mi madre me repite que todo esto es para mi bien, que es una esperanza, una lucha que no debo abandonar. Pero, ¿a quién engañamos...