TAEHYUNG TIENE CÁNCER

3

La noche de Navidad llegó, y con ella, toda la familia materna de Taehyung se reunió en la cálida casa de Seokjin. Los adultos conversaban en la sala, compartiendo risas y recordando anécdotas mientras brindaban por un año más juntos. Entre ellos, la madre de Taehyung, siempre vigilante, lanzaba miradas de reojo hacia su hijo, asegurándose de que estuviera cómodo y atendido.

Mientras tanto, Jin y Taehyung, junto con los primos más pequeños, estaban en la sala de televisión, viendo especiales navideños. La risa de Jin se oía de vez en cuando, contagiando a todos los niños con su espíritu alegre. Taehyung miraba a su alrededor, observando las caras familiares que, aunque se veían serias y reservadas, irradiaban un afecto profundo. Aunque su familia materna no era efusiva ni mostraba abiertamente sus emociones, Taehyung podía sentir cuánto lo querían.

Esa noche, sentado junto a Jin y rodeado de su familia, Taehyung sintió una paz que pocas veces experimentaba. Era como si, al menos por esta noche, los problemas y el dolor quedaran a un lado.

Todo parecía estar en calma, pero esa paz se rompió en un instante. Hoseok se dirigía a la cocina cuando notó a Taehyung en la esquina de la sala, con el rostro desencajado, luchando por respirar. Sus labios estaban tornándose azules, y el aire no parecía llegarle a los pulmones. Hoseok se acercó rápidamente, revisando el tanque de oxígeno, y sintió una ola de horror cuando se dio cuenta de que estaba completamente vacío.

"¡Taehyung!" gritó desesperado, llamando la atención de todos. En segundos, Seokjin comprendió la gravedad de la situación y gritó: "¡Prendan el carro!" Hoseok levantó a Taehyung con rapidez, mientras la madre, entre lágrimas y temblores, corría a su lado con el tanque vacío.

Las puertas se abrieron de golpe y la familia, en un caótico silencio, los vio salir. Hoseok, con Taehyung en brazos, trataba de mantener la calma mientras el niño apenas respiraba, luchando por cada inhalación. El hospital, por suerte, estaba cerca

Mientras iban en el carro, la madre de Taehyung, con manos temblorosas y la voz quebrada, llamó al hospital para que estuvieran listos al recibirlo. En cuanto llegaron, el personal médico los esperaba en la entrada, y en cuestión de segundos conectaron a Taehyung a una nueva máquina de oxígeno. Pero, apenas lo hicieron, su cuerpo dio señales de una nueva tragedia:

Los doctores, con urgencia y precisión, llevaron a Taehyung a la sala de emergencias, sus voces firmes dando órdenes mientras preparaban el equipo de reanimación. En medio de la conmoción, Seokjin intentó entrar con su primo, pero una enfermera le bloqueó el paso, explicándole que no podía acompañarlo.

En el instante en que Taehyung fue llevado a la sala de emergencias, los médicos sabían que cada segundo era crucial. Taehyung había llegado con un cuadro de hipoxia severa, causado por la falta de oxígeno, y su corazón debilitado se detuvo bajo el estrés de la descompensación. El diagnóstico fue inmediato: fallo respiratorio, seguido de un paro cardíaco. El personal médico preparó el equipo de resucitación y colocó un desfibrilador al lado de su pequeño cuerpo, que yacía inerte y pálido, al borde de lo irreversible.

"¡Preparando compresiones! ¡Carga a 100!" ordenó el médico a su equipo, quienes se movían con precisión y rapidez. Uno de los doctores comenzó a realizar las compresiones torácicas, mientras otra enfermera monitorizaba la frecuencia cardíaca, que permanecía en una línea plana, una señal aterradora. Los segundos parecían horas mientras intentaban, desesperados, revivir ese corazón que había luchado durante tantos años.

En la sala de espera, la madre de Taehyung sollozaba incontrolablemente, su rostro escondido entre sus manos, como si pudiera bloquear la realidad de lo que estaba ocurriendo al otro lado de esas puertas. Jin, también incapaz de contener las lágrimas, sentía cómo la desesperación lo consumía. Hoseok mantenía el brazo en los hombros de la madre, en un intento de consolarla, pero él mismo estaba al borde de perder la esperanza.