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La mañana siguiente, Tae despertó sintiendo el cálido abrazo de Jungkook, quien lo había rodeado con sus brazos mientras dormían. Sonrió levemente, disfrutando de ese momento de paz en el que, por fin, se sentía seguro y amado.

Pero de repente, la puerta se abrió con suavidad. La madre de Tae entró en la habitación, y al ver la escena, Tae se sintió tan avergonzado que, sin querer, empujó a Jungkook. Este, un poco sorprendido, se levantó con rapidez y trató de calmar la situación.

—No es lo que parece, señora —dijo Jungkook, sonriendo un poco para aligerar el ambiente, mientras Tae se sentía cada vez más nervioso.

La madre de Tae, al ver la incomodidad de su hijo, suspiró suavemente, sin querer hacer que se sintiera peor.

—No hay necesidad de explicaciones —dijo con un tono suave—. Levántense, chicos. Vamos a desayunar. Desde ayer no han comido bien, y es importante que estén bien para lo que tenemos que hacer hoy.

Tae, sintiendo una mezcla de vergüenza y alivio, asintió y se levantó lentamente. Jungkook, viéndolo tan vulnerable, le ofreció una sonrisa cálida, como si dijera "todo estará bien."

Mientras desayunaban, la madre de Tae miró a Jungkook con una leve sonrisa y dijo:

—Jungkook, necesito hablar contigo.

Tae levantó la vista, sorprendido, mientras Hoseok rápidamente intervino para calmar cualquier tensión.

—Hijo, ¿qué te parece si vamos por un helado?

Tae asintió con una sonrisa, confiando en que todo estaría bien. Cuando ellos se marcharon, Jungkook miró a la madre de Tae con algo de nerviosismo. Antes de que ella pudiera comenzar a hablar, él dijo:

—Perdóneme, señora. Sé que probablemente no le guste que duerma con Tae, pero yo solo quería...

La madre de Tae levantó una mano para interrumpirlo con suavidad.

—Eso no es un problema, Jungkook. Sé cuánto lo amas y lo bien que le haces a Tae. Yo quería hablar contigo sobre la fiesta.

Jungkook se quedó sorprendido, pero rápidamente se relajó al escuchar el tono amable en su voz.

—Ya decidí dónde la haremos. Jin, su primo, me dijo que está encantado con la idea, y sus tíos también. Pero Tae no tiene muchos amigos cercanos...

—Eso no importa —respondió Jungkook con determinación—. Lo importante es que Tae se sienta amado. Yo puedo pedirle a alguien que venga, alguien especial para él.

Mientras tanto, en el parque, Hoseok y Tae disfrutaban del aire fresco. Tae sostenía un helado en su mano, mirándolo con algo de duda.

—Papá Hobi, ¿estás seguro de que puedo comer esto? —preguntó Tae con voz baja.

Hoseok le dio una palmada ligera en la espalda y sonrió.

—Claro, hijo. Uno no te hará daño, y te mereces disfrutarlo.

Tae tomó un pequeño bocado, saboreando el dulce con una sonrisa tímida. Hoseok lo miró con ternura antes de hablar.

—Hijo, tu diario... ¿aún lo usas?

Tae se detuvo y lo miró, sorprendido.

—¿Cómo sabes de mi diario? —preguntó con las mejillas sonrojadas.

Hoseok rió ligeramente.

— hijo. He visto cómo lo guardas siempre bajo tu almohada. Pero desde que estás con Jungkook, parece que ya no lo escribes tanto.

TAEHYUNG TIENE CÁNCERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora