TAEHYUNG TIENE CÁNCER

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Querido diario,

Hoy es un día muy especial: mi Kokie cumple 17 años. Mamá dijo que le haríamos una fiesta sorpresa y que no le diga a nadie, pero contigo puedo confiar. No puedo creer que ya hayan pasado nueve meses desde que vive con nosotros... y también nueve meses de ser novios. Como siempre te cuento, él me cuida muchísimo. Siempre estamos juntos: en el hospital, en la escuela, en todas partes. Incluso mamá logró que estuviera en mi mismo salón de clases, así él puede estar cerca de mí todo el tiempo.

Lo amo tanto. Kokie ha mejorado mucho con su tratamiento, y eso me hace muy feliz, aunque no puedo decir lo mismo de mí. Siento que cada vez empeoro más... pero quiero vivir. Quiero vivir por Kokie. Él me devolvió las ganas de hacerlo. Me ha dado tantas razones para sonreír, para soñar, para seguir adelante. Lo amo y lo necesito conmigo, siempre.

Hoy, papá Hobi nos llevará al hospital para nuestros tratamientos, mientras mamá y Jin preparan la fiesta. No puedo esperar para ver su cara cuando descubra todo lo que planeamos. También le pedí a Yoongi hyung que viniera, y me dijo que haría lo posible por estar. Kokie es muy fan de él, tanto que se sabe todas sus canciones desde que inició su carrera. ¡Incluso sabe cada detalle de su vida! Es un fan muy dedicado, jajaja.

Espero que todo salga bien hoy. Quiero que sea un día perfecto para mi Kokie, como él lo merece.

Con amor,
Tae    01/09/2010

En el hospital, mientras Tae estaba recibiendo su tratamiento, Jungkook se acercó a él con una sonrisa suave.

—Amor, ¿tú crees que cuando vayamos a la casa de Jin veremos ese patito del que me habías contado?

Tae asintió con una sonrisa, aunque su rostro estaba ligeramente cansado por la sesión de quimioterapia. El ambiente era más relajado, y a pesar de estar rodeado de médicos y enfermeras, la energía que Tae emanaba era diferente. Ya no era la misma persona apagada de antes, la que solía pasar los días encerrado en su mente y su dolor. Su cara brillaba con una pequeña luz, como si las pequeñas alegrías que compartía con Jungkook, su familia y su entorno lo estuvieran renovando poco a poco.

Hoseok observaba todo con atención, mirando cómo Tae ya no dependía de la silla de ruedas como antes. Aunque todavía la necesitaba para los tramos largos, en casa caminaba por sí mismo, apoyado en Jungkook y en su propia determinación. No era la imagen de un niño débil que solía ser, sino la de alguien que, aunque luchando contra su enfermedad, estaba recibiendo el apoyo necesario para seguir adelante.

Hoseok sonrió con una mezcla de orgullo y alivio al ver a su hijo más fuerte

El ambiente en el hospital estaba cargado de tensión. Aunque los médicos habían dicho que Tae y Jungkook estaban mejorando, sabían que todavía había riesgos que no podían ignorar. Era un recordatorio constante de lo frágil que era la vida de Tae, y la preocupación de Hoseok nunca desaparecía.

Mientras Jungkook esperaba en el salón apartado, escuchaba atentamente al doctor. Aunque sentía que su salud estaba mejorando, las palabras del médico le hicieron darse cuenta de lo fácil que podría ser caer de nuevo en un mal estado.

"Tu salud está mejorando mucho, Jungkook, pero no te confíes. Debes seguir con tu dieta y no olvides los cuidados que te hemos recomendado. Los avances son buenos, pero aún necesitas ser muy disciplinado", dijo el doctor, revisando los papeles de Jungkook. "Y, por cierto, feliz cumpleaños, Jungkook."

El corazón de Jungkook dio un brinco al escuchar esas palabras. Había olvidado por completo que ese día era su cumpleaños. Había estado tan concentrado en Tae, en su salud, que ni siquiera había recordado celebrarse a sí mismo. Sonrió levemente, un poco incómodo, mientras el doctor se despedía y salía de la habitación.