Capítulo 10: El Despertar de la Furiam
Aiko yacía en el suelo, su cuerpo dolorido y exhausto bajo el peso de Orochi. La serpiente blanca, enorme y retorcida, se acercaba cada vez más, su lengua de fuego rozando el aire, saboreando la victoria. El corazón de Aiko latía con fuerza, el miedo, la rabia y la traición embargando su pecho. Había perdido a Yami, y ahora Orochi la tenía a su alcance. La desesperación amenazaba con consumirla, pero algo, en lo más profundo de su ser, comenzó a despertar.
De repente, una voz resonó en su mente, clara y fuerte, como un eco lejano pero familiar. Era una voz que no había escuchado en años, pero que conocía en su corazón. "Aiko... es hora de recordar quién eres."
Aiko levantó la cabeza, confusa, mientras el entorno comenzaba a desvanecerse. Ya no estaba en el campo de batalla, ni rodeada por la presencia imponente de Orochi. Ahora estaba en un lugar diferente. Oscuro, pero lleno de una luz suave, casi cálida. La figura que apareció frente a ella la hizo temblar.
Era una mujer con cabellos largos y oscuros, una mirada decidida y una energía intensa que emanaba de su ser. Aiko la reconoció al instante. Era su madre.
—Madre… —susurró Aiko, casi incapaz de creer lo que veía.
La mujer sonrió con ternura, pero había una tristeza en su mirada. "No llores, Aiko. Es hora de que entiendas todo."
El mundo a su alrededor comenzó a distorsionarse, y Aiko sintió como si estuviera flotando en un espacio infinito, atrapada entre el pasado y el presente, entre lo que siempre creyó saber y la verdad oculta. La voz de su madre, firme y llena de amor, continuó.
"Tu padre te protegió, sí, pero no de todo. Te ocultó la verdad porque no quería que tu vida se viera marcada por la lucha. Perdió a su amada, a mí, y no quería que tú sufrieras lo mismo. Pero la verdad es que eres más que humana. Eres la hija de una cazadora de demonios, de una mujer que, como tú, fue marcada por un destino que no pudo evitar."
Aiko la miró, confundida, sintiendo cómo las palabras de su madre comenzaban a hacer eco en su alma. "Pero, madre… ¿por qué nadie me dijo esto antes? ¿Por qué mi vida fue una mentira?"
La mujer suspiró, su rostro reflejando la amarga verdad que había guardado por tanto tiempo. "Porque, hija mía, la verdad te habría destruido. El mundo que te rodea está lleno de oscuridad. Los dioses, los demonios, las criaturas como Orochi... todo lo que conoces es solo una pequeña parte de una realidad mucho más grande y aterradora. Yo luchaba por revelarlo todo, por dar a la humanidad la verdad, la liberación de la ignorancia. Pero los dioses me detuvieron."
Aiko sentía un nudo en la garganta. No podía procesarlo todo, pero la voz de su madre, su presencia en este mundo interior, la hacía sentirse más fuerte. "¿Los dioses te mataron?"
La madre asintió lentamente. "Sí. Quisieron evitar que abriera los ojos de las personas. Mi muerte fue solo una parte de su plan. Pero tú... tú naciste para cambiarlo. Tú eres la verdadera heredera de la fuerza de los cazadores de demonios. Esta furia que sientes, este poder que ahora despierta dentro de ti, es el legado de nuestra familia. Es el Rage, la furia pura que solo aquellos con nuestro linaje pueden dominar."
Aiko sentía cómo el poder de Rage se desplegaba dentro de su cuerpo, llenándola de una energía inmensa. La furia era un fuego en su interior, un torrente incontrolable que se había estado acumulando durante años, esperando ser liberado. Su madre la miraba con intensidad, y en su mirada había un desafío.
"Orochi no es solo un demonio, Aiko. Es una parte de los dioses. Ellos lo han usado como un peón para destruir todo lo que tú y yo representamos. Pero ahora es tu turno. Ya no eres una niña que necesita ser protegida. Eres la cazadora de demonios que siempre debiste ser. El poder está en ti. La furia está en ti."
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AIKO IN THE UNDERWORLD
Science FictionDescripción de la historia: La historia sigue a Aiko, una joven que, después de enfrentar una serie de eventos que desafían su comprensión del mundo, se ve envuelta en una lucha por descubrir la verdad sobre su origen y su destino. A lo largo de la...