Capítulo 7: El Secreto de su Padre
Aiko estaba exhausta, sus manos temblaban mientras todo explotaba y observaba el caos a su alrededor. El monstruo que había enfrentado en su mente, la sombra de sus propios miedos, había sido derrotado, pero la victoria no le dio paz. En su interior, todo seguía agitado, como un mar embravecido, y las palabras del Guardián seguían resonando.
El Guardián permaneció en silencio, observándola con una calma sobrenatural. Algo importante estaba a punto de revelarse, algo que cambiaría su vida por completo. Aiko lo sintió antes de que él hablara.
—Has llegado lejos, Aiko, pero ahora debes entender la verdad. —Su voz era grave, profunda, como si hablara desde el centro de la tierra misma.
Aiko lo miró, confundida. No sabía qué más quedaba por descubrir. Había enfrentado sus miedos, había luchado con su propio ser, pero aún había algo más, una pieza del rompecabezas que no encajaba.
—¿Qué verdad? —preguntó, su voz vacilante, llena de duda.
El Guardián la miró con una intensidad que hizo que Aiko sintiera un escalofrío recorrer su columna vertebral. Era como si estuviera viendo a través de ella, más allá de lo que podía entender en ese momento.
—Tu vida normal, todo lo que has conocido, no es lo que parece. Tu padre te ha mantenido alejada de la verdad, te ha protegido, pero no por los motivos que imaginas.
Las palabras del Guardián golpearon a Aiko como una ola que arrastra todo a su paso. ¿Qué quería decir con eso?
—Tu padre... —el Guardián continuó—... ha estado protegiéndote de tu verdadera herencia. Él no quería que supieras la verdad, porque temía que el peso de tu linaje te destruyera.
Aiko sintió que el aire se le escapaba del pecho. ¿De qué estaba hablando? Su padre, su querido padre, siempre había sido protector, pero nunca había hablado de su pasado, de su familia. Siempre había vivido una vida tranquila, normal, alejada de cualquier cosa que pudiera ponerla en peligro.
—¿Mi linaje? —preguntó, cada palabra un susurro lleno de incredulidad.
El Guardián asintió, y las sombras alrededor de él parecieron moverse como si respondieran a su presencia.
—Tus antepasados, Aiko, son cazadores de demonios. Una antigua estirpe encargada de proteger al mundo de las oscuras criaturas que acechan en las sombras. Tú... eres la última de esa línea. Y lo que has comenzado a experimentar, tus habilidades, no son un accidente. Son el despertar de lo que siempre ha estado dentro de ti.
Aiko no pudo evitar un escalofrío al escuchar sus propias palabras reflejadas en los ecos del Guardián. ¿Cómo podía ser posible? Ella no sabía nada de eso, nunca había sospechado que su familia tuviera un pasado tan oscuro y peligroso. Todo lo que conocía era un padre amoroso que la había criado en la tranquilidad de una vida común.
—Mi padre... —Aiko comenzó, la mente llena de preguntas. —¿Por qué no me dijo nada? Siempre viví una vida normal. No me dijo nunca nada sobre cazadores de demonios.
El Guardián suspiró, como si las respuestas estuvieran más allá de su alcance.
—Tu padre te protegió de este conocimiento, porque temía que, al descubrirlo, te verías atrapada en un destino del que no podrías escapar. Él quería que tu vida fuera normal, que vivieras sin la carga de un pasado que ha perseguido a tu familia por generaciones. Pero ahora, Aiko, ya no puedes ignorarlo. El despertar de tu poder es el primer paso de algo mucho más grande, y no hay forma de dar marcha atrás.
Aiko se quedó en silencio, procesando lo que el Guardián acababa de decir. Su vida normal, su tranquilidad, todo había sido una fachada, una mentira piadosa construida por su padre para protegerla de un pasado oscuro y peligroso. Pero, por alguna razón, sus habilidades, esas extrañas manifestaciones de poder que había empezado a descubrir, no podían ignorarse más.
—Entonces... —Aiko tragó saliva, intentando comprender la magnitud de las palabras del Guardián—. ¿Mis habilidades... son parte de mi herencia? ¿De mis antepasados cazadores?
—Sí, —respondió el Guardián—. Las habilidades que has mostrado no son accidentales, son el resultado de una línea de guerreros que han protegido al mundo de los demonios. Tu padre nunca te lo dijo porque temía que este peso fuera demasiado grande para ti. Pero ahora no hay más que ocultar. El tiempo de la verdad ha llegado.
Aiko se quedó allí, con el corazón acelerado, el miedo y la confusión invadiéndola. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? Había vivido toda su vida sin saber quién era realmente, y ahora debía enfrentarse a un legado que no sabía si podía aceptar.
—Tu padre te ha mantenido a salvo, Aiko, pero ahora debes hacer una elección. El mundo está cambiando, y tú eres una de las pocas que puede marcar la diferencia. —El Guardián la observó fijamente. —¿Vas a aceptar lo que eres? ¿Vas a tomar el manto de tus antepasados y enfrentarte a lo que está por venir?
Aiko cerró los ojos, dejando que la realidad se asentara sobre ella. Su vida normal, la que había conocido hasta ahora, ya no existía. Todo había cambiado. Y, aunque su padre la había protegido de la verdad, ahora debía enfrentar su destino.
—Voy a detener a Orochi —dijo Aiko con determinación. —Voy a luchar, aunque no sepa cómo, porque este es mi camino. Y no voy a dejar que el pasado decida mi futuro.
Con esas palabras, el Guardián asintió y desapareció, dejando a Aiko sola.
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AIKO IN THE UNDERWORLD
Ciencia FicciónDescripción de la historia: La historia sigue a Aiko, una joven que, después de enfrentar una serie de eventos que desafían su comprensión del mundo, se ve envuelta en una lucha por descubrir la verdad sobre su origen y su destino. A lo largo de la...