Otra perspectiva

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Escuchamos un ruido proveniente de adentro así que nos fuimos. Una vez que salimos de la iglesia, caminamos. Sin rumbo alguno.

Nos alejamos un poco de todo lo que conocíamos y entramos en una zona del pueblo en la cual yo nunca antes había estado. De repente pasamos por un lugar en donde hacían piercings. Siempre había querido tener uno en la nariz, pero mis padres jamás me habían dejado.
Contemplé el negocio y Lucas me preguntó si quería entrar. Yo asentí y entramos.

En la tienda vendían toda clase de piercings para todas las partes del cuerpo. También hacían tatuajes y había una chica de unos 19 años que parecía ser peluquera.
Lucas me miró un poco asustado cuando observé los distintos piercings.

-Si te piensas hacer uno, déjame decirte que estás loca.

Lo miré y luego tomé un expansór -Este te sentaría bien.-Dije mirándolo y el sólo me miró con desagrado y un poco de susto, lo cual me causó gracia.-Estoy bromeando.

-Lo sé. No te vas a hacer nada de esto.

-Qué amargado.-Me acerqué a un cuaderno que decía en letra muy grande "Estilos Para Ti". Lo abrí y contenía diferentes peinados y colores de cabello. La peluquera se acercó a mí y me preguntó si me quería hacer algo en el cabello. Miré a Lucas. Él me hizo una seña como diciendo "Ya vámonos de aquí" pero yo lo ignoré y la miré de nuevo a ella.

-Sí.-Dije decidida y Lucas me miró, sorprendido.

Ella me sentó una silla frente a un espejo y me preguntó qué quería. A mí me gustaba mi pelo largo, y no quería cortarlo, así que decidí sólo teñirme. Mi cabello era rubio y pensé en teñirme unos tonos más claros. Casi blanco. Y eso fue lo que hice.

Lucas me esperaba sentado en una silla y me miraba con preocupación mientras la peluquera ponía la tintura sobre mi cabello. Una vez que terminó el tratamiento, le pagué con el dinero que me había dado Lucas el día anterior y nos fuimos.

-¿Qué fue eso? Me dejaste allí sentado una hora y media. ¿Para qué? ¡Para pintar tu cabello de blanco! Dios mío, tus padres se enojarán. Y también conmigo.

-Ya, no te lo tomes tan en serio. Mis padres ni siquiera notan que no estoy en casa, están muy ocupados peleando, y tampoco saben que existes. Y no es blanco, bobo. Es casi blanco.

-No sé en qué estabas pensando.-Dijo todavía sin poder creerlo.

-Se me irá en un par de meses. O tal vez en semanas, quién sabe. Y no te quejes, si me hubieras dejado elegir a mí, hubiera salido de esa tienda con una perforación en mi nariz y tres tatuajes.

Me miró y negó con la cabeza.-Tú tienes otra perspectiva del mundo que yo... .-Dijo.

-¿Eso es bueno o malo?-Lo miré extrañada.

Él me miró y sonrió.-Eso es genial.-Dijo.-Tú no te preocupas por lo que la gente pueda decir o pensar a cerca de ti. En cambio yo... Pues yo siempre traté de encajar. Y nunca pude. Quiero que me enseñes.

-¿Que te enseñe a qué?-Estaba confundida.

-A vivir sin importar nada más que la felicidad.

-No sé si te has dado cuenta, pero, claramente, no soy feliz.

-Puedes serlo. Podemos.-Yo no sabía que decir.-Por cierto, te sienta bien ese color.-Lo miré y no pude ocultar una pequeña sonrisa.

You Light Up My WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora