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— Sí Ross, estamos bien — volví a responder la misma pregunta que me ha hecho ya un par de veces.

— Solo promete que seguirás llamando — contestó a través de la linea.

— Lo prometo — aseguré — más bien cuéntame qué tal estás, ¿Y Emmett?.

— Bien, salió a cazar, le diré que llamaste — sonreí ante la idea de hablar pronto con mi hermano.

— ¿Y los demás?.

— Esme y Carlisle están con los Denali, Alice decidió acompañarlos, pero está algo aburrida y Edward… — dió un largo suspiro — está de un lugar a otro, intentando seguirle la pista a Victoria.

— ¿Aún estás enojada por lo que pasó? — pregunté aún sabiendo que así era.

— Fue culpa de ella, por ser tan torpe — sí, aún está molesta — o de él por querer que conviva con nosotros cuando sigue siendo una humana frágil.

— Rosalie, relájate — dije en voz calmada.

— No me pidas que me relaje, por ellos dos ahora la familia está separada — al parecer decidió cambiar de tema — ¿Qué tal tus amigos?.

— Bien, estamos teniendo una convivencia bastante agradable — sonreí un poco — incluso Jasper se lleva bien con ellos.

— Me alegra, bueno hablamos después — se despidió — cuídate Char.

— Igual, los quiero — colgué la llamada y decidí salir de mi habitación a ver con quién me encontraba.

Caminé por el pasillo en el que solo se encontraba mi habitación y él baño de visitas y salí a la sala.

Cuando llegue ví a Sydney viendo uno de los portaretratos de la sala, más específicamente uno con una foto de mamá.

Estaba tan concentrada que no se dió cuenta de que estaba allí, así que decidí hablarle para que no pensara que la estaba espiando.

— Es mi… — no puede terminar la frase y tampoco pude quedar más asombrada.

Apenas hablé Sydney soltó un pequeño grito y segundos después lo único que podía ver era el cristal roto esparcido por todas partes.

Por un momento pensé que se había ido, pero no la ví correr y podía sentir su olor en la habitación.

— ¿Qué pasó? — preguntó Isaac llegando rápidamente.

— Eso preguntó yo, ¿Dónde está? — pregunté haciendo referencia a la vampira castaña.

— Sydney, recuerda que tienes que relajarte para poder aparecer — habló Isaac de lo más calmado — deja los nervios, no pasó nada.

— Eso intento — podía escuchar su voz viendo del mismo lugar en donde la habia visto la última vez.

Tras escuchar como alguien exhalaba, ví a Sydney aparecer nuevamente, dejándome atónita.

— ¿Su don? — pregunté en voz temblorosa, nunca había visto algo así y hasta para un vampiro era algo impresionante.

— ¿No te lo dije cierto? — prácticamente me lo confirmó — todos en nuestro pequeño clan tienen algún don, los de ellas son más impresionantes que el mío.

— ¿Cuál es el de Harper? — pregunté aún procesando lo que acababa de hacer Sydney.

— Este — Harper aprecio el la sala y con movimiento de mano levantó los fragmentos de cristal y el portaretratos.

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⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

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La princesa de los CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora