Nuevos comienzos

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Al llegar a la casa de dos pisos y bonita fachada, Jasper abrió la puerta y junto con nuestros tres acompañantes, entramos a la residencia.

La casa estaba tal y como la recordaba, los muebles y decoraciones seguían en el mismo lugar, solo que algunos cubiertos con mantas empolvadas y otros directamente con partículas de polvo sobre ellos, pero ni un sentimiento fuera de su lugar, todo seguía teniendo la manera tan característica de Esme para decorar.

Fuí la primera en avanzar adentrándome en la sala de estar, caminé al rededor de los sillones y frente a la repisa debajo del televisor de pared.

Mire rápidamente a los otros vampiros en la casa y desaparecí para ir a ver la casa, volviendo unos segundos después.

— Sigue exactamente igual a como la dejamos — dije volviendo a la sala — disculpen el polvo, no habíamos venido aquí desde hace años.

— Tranquila, me encanta el cuidado de las casas, la limpieza y todo eso, voy disfrutar arreglando este lugar — respondió Harper mientras veía con detenimiento cada aspecto de la casa.

— Es muy bonito — apenas y logré escuchar el susurro de Sydney — se parece a nuestra casa en Canadá.

— ¿Han vivido en Canadá? — preguntó mi hermano.

— Sí, en Canadá, Brasil, Roma, Australia, México — por la expresión de Isaac, estoy segura que en muchos lugares más — nunca estamos mucho tiempo en un lugar.

— Igual nosotros — sonreí — talvez nisiquira estemos mucho tiempo aquí.

— Podríamos ir a Manhattan o a Long Island — contesto Isaac.

— Si que te gustan las ciudades con mucho sol — dijo mi hermano en tono divertido.

— Si fuera por él, viviríamos en una playa y ya nos hubieran descubierto incontables veces — dijo Harper en tono de regaño.

— Es que la vida es una sola y cuando es interminable tienes que vivirla aún más — respondió Isaac en tono relajado.

— Okey aventurero, mejor vamos a repartir las habitaciones — contestó Jasper con diversión — ustedes pueden tener las del piso de arriba y nosotros las dos del primer piso.

— Pues a mí me parece bien — contestó Isaac.

— A mí igual — dijo Harper mientras que Sydney solo asintio — talvez deberíamos ir de compras.

— Me parece buena idea — estuve de acuerdo — ¿Jasper?.

— Claro, si descuidás tu apariencia Alice encontrará alguna manera muy dolorosa de matarme — exageró mi hermano.

— Está bien, vamos — dijo Isaac saliendo de la casa — y también iremos a comprar un auto.

— Hay un par en el garage — contestó mi hermano mientras tomaba las llaves de la cochera.

— ¿Podemos ir en mi Jeep? — pregunté con una sonrisa.

— Por supuesto — contestó Jazz.

— ¿Tienes un Jeep? — asentí ante la pregunta de Harper — creí que no sabrías manejar, o que pudieras por la edad que aparentas.

— En realidad no puedo, pero eso no me impide tener un auto — me encogí de hombros.

— ¿Uno? — Jasper se giró a verme con expresión divertida — Charlotte tiene un montón de autos, casas e islas, a la familia le gusta consentirla.

— Es que cómo no hacerlo, se ve adorable — Isaac puso una mano sobre mi cabello y lo revolvió haciendo que me despeinara un poco.

— Isaac, no vuelvas a hacer eso — le dije sería y con una mirada amenazante — nunca.

La princesa de los CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora