Presentación

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— De verdad esto no me agrada para nada — volvió a decir Rosalie.

— Si pero piénsalo, Edward no va a cambiar de idea entonces solo nos queda aceptarlo — terminé de bajar las escaleras.

Verán, Edward le confesó todos sobre nosotros a Bella y han estado saliendo, hasta ahí todo bien, lo malo o al menos para Rosalie, es que la invitó a conocer la casa a petición de nuestros padres.

— Charlotte, Jasper, vallan a cazar con Alice — nos dijo papá llegando a la sala — será mejor si cuando llegan no tienen nada de set, Edward va a ir por ella.

— Por favor no vallas a asustar a Bella, es muy tímida — aunque no me gusto el comentario de Edward asentí.

Sé que intentan no hacerlo, pero todos piensan que Jasper y yo podemos llegar a ser un inconveniente con Bella, exepto por Rosalie, ella piensa que Bella será un inconveniente para nosotros.

— Si papá, tienes razón — junto a Alice y Jasper salimos por uno de los ventanales y corrimos asía el bosque.

Salté asía la rama de un árbol mientras me separaba un poco de Alice y Jasper.

— No te alejes mucho — me dijo Alice y luego de que asentí se fué junto a Jasper.

— Odio esto — dije para mí misma cuando ví un pequeño ciervo que estaba comiendo tranquilo.

Pero a pesar de no querer hacerlo, no pude evitarlo al sentir la garganta harder, me alimente del pequeño ciervo y al ver que mis hermanos tardarían me quedé sentada en la rama de un árbol.

Pasé un rato tarareando mentalmente una canción que Edward suele tocar mucho en el piano y luego ví que se acercaba una chica.

Es un poco raro, no estaba tan lejos de mi casa, al contrario estaba bastante cerca y usualmente los humanos no se acercan.

Era una chica muy bonita, se veía de unos catorce o quince años, piel bronceada cabello ondulado y largo y ojos marrones, pero lo que más me sorprendió fue su olor.

Olía a agua de mar, tierra mojada, madera, chocolate y algo de menta pero no a sangre, no podía oler su sangre y era humana, estaba segura de eso porque no tenía los rasgos de un vampiro ni el olor a perro mojado de los lobos.

Ojalá me encuentren rápido, ya me estoy aburriendo — dijo la chica misteriosa y se sentó en una roca — y no creo que sea bueno estar sola en el bosque.

Creo que no se había dado cuenta de mi presencia, sería bueno hablar con ella y descubrir qué o quién es.

— Pues, sola, sola no estás — le dije en tono de juego aún sentada en el árbol mientras le daba una sonrisa.

Ella sabía lo que era, porque empezó a retroceder poco a poco intentando alejarse de mi, típico.

— No estés asusta, no pienso lastimarte — le dije luego de saltar de la rama y pararme frente a ella.

— Gracias, pero como sé que dices la verdad — me preguntó intentando hacerse la valiente, en otro momento me hubiera dado risa.

— Por tu reacción veo que sabes que soy y me imagino sabes qué significa el color de mis ojos — si lo sabía, no estoy muy segura de como ya que en su mente se veía todo borroso pero si lo sabía y lo confirmé cuando ella asintió — bueno ahí está.

Ella solo me miraba nerviosa y desconfiada, la verdad no la culpo yo en su lugar estaría igual, al ver que ella no pensaba seguir hablando lo hice yo.

— Mi nombre es Charlotte — le tendí la mano presentándome — es un gusto conocerte.

La princesa de los CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora