¡Te mereces todo esto y más!

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Chapitre 29;

Antes de poder pensarlo, Lay lo tomó por la nuca y lo atrajo hacia él, besándolo con una mezcla de furia, añoranza y desconsuelo.

Aquel beso era intenso, casi desgarrador. Lay sentía sus lágrimas brotar, deslizarse por sus mejillas mientras sus labios buscaban los de Kye, como si tratara de recuperar el tiempo y las promesas rotas en un solo instante. Los años de ausencia, de noches en soledad, de la añoranza por un amor que siempre creyó perdido, se vertían en aquel beso desesperado.

Kye sintió el temblor en los labios de Lay, sus manos sosteniéndolo mientras su corazón latía frenético contra el suyo. En ese momento, comprendió el peso de su error, el vacío que había dejado en Lay al tomar decisiones que los habían separado.

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban entrecortadamente, Lay aún sosteniéndose en Kye mientras sus lágrimas caían silenciosas.

—No… no entiendo por qué aún te amo, después de todo, —murmuró Lay, su voz rota mientras evitaba la mirada de Kye—. Pero ya no puedo con este dolor, Kye…

Lay, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón palpitando con una mezcla de dolor y rabia, no podía creer lo que acababa de hacer. Había dejado que Kye se acercara nuevamente, había sentido sus manos en su cintura, había permitido que le hablara con palabras tan dulces y, cuando menos lo esperaba, había caído en el abrazo que le ofrecía. Kye lo había besado, un beso intenso que removió viejas heridas y despertó sentimientos enterrados. Pero en cuanto sintió su propio deseo tomar el control, las lágrimas brotaron sin que pudiera contenerlas.

Se apartó, tratando de respirar, pero Kye se acercó una vez más, con los ojos llenos de arrepentimiento. Era como si quisiera atraparlo de nuevo en esa red de palabras que en el pasado lo habían cautivado.

—Lay, te prometo que esta vez será diferente —dijo Kye con voz suplicante, sus manos acariciando suavemente el rostro de Lay mientras él intentaba apartarse—. Quiero amarte de verdad, quiero entregarte todo lo que antes no pude…

Lay lo miró, sintiendo cómo el dolor antiguo y el rencor que había guardado durante tanto tiempo comenzaban a arder dentro de él.

—¿Diferente, Kye? —susurró, con una sonrisa amarga que contrastaba con sus lágrimas—. La última vez que dijiste eso, te llevaste a mi hijo y me dejaste… solo y vacío.

Kye intentó acercarse una vez más, sosteniendo su rostro con ternura, como si ese contacto pudiera borrar el pasado. Pero Lay, agotado y al borde de sus emociones, simplemente se rindió por un instante. Tomó el rostro de Kye entre sus manos y, en un impulso de dolor mezclado con amor, lo besó. Fue un beso desesperado, uno que encerraba todo lo que nunca había dicho, todo el rencor, el deseo y el amor roto que había quedado en su pecho.

Al separarse, con las lágrimas rodando por sus mejillas, Lay lo miró un instante antes de que la furia contenida finalmente explotara. Sin pensar dos veces, levantó el puño y golpeó a Kye con toda la fuerza de su frustración acumulada.

Kye tropezó, cayendo sentado, sorprendido tanto por el golpe como por la intensidad de los sentimientos de Lay. Y mientras él trataba de recomponerse, Lay, con el rostro empapado en lágrimas y el cuerpo tembloroso, lo miraba desde arriba, como si el golpe fuera el único medio que le quedaba para expresar su dolor y despecho.

 •Bajo el velo de la nobleza • 𝙿𝚞𝚛 𝚇 𝙱𝚊𝚢 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora