El último día en la Tierra

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-Hola — dijo Maggie entrando.

-Hola — respondí sonriendo.

-Necesito tu ayuda, quiero que me cortes el cabello — dijo Maggie sacando unas tijeras.

Hice lo que me pidió.

-Creo que lo dejé demasiado corto — dije mordiéndome las uñas.

Maggie negó sonriendo, tomando el espejo, viéndose el cabello.

-Esta perfecto — hizo una pausa — Kat, Daryl salió, Carol se fue a buscarlo pero iba muy molesto.

-¿Qué? ¿Por qué no me dijeron? — pregunté, sorprendida y preocupada.

Salí corriendo de la casa, yendo a la entrada donde justo estaba saliendo un auto.

-ESPEREN! — grité.

Eran Glenn, Michonne y Rosita.

-¿A dónde van? — pregunté.

-Vamos a buscar a Daryl — respondió Glenn.

-Iré con ustedes — dije subiendo al auto.

Michonne me miró con una ceja levantada.

-¿Estás segura, Kat? — preguntó.

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-Carl-

Me senté en el remolque, cerca de Maggie, que estaba descansando.

Maggie me miró débilmente y preguntó

-Carl, ¿qué pasó con Kat?

Me sentí incómodo, pero sabía que debía decir la verdad.

-Lo arruiné, Maggie. La lastimé —dije, con la cabeza baja.

Maggie me miró con curiosidad.

&¿Qué hiciste? —preguntó.

Me tomé un momento para respirar.

-Kat me preparó una sorpresa y Enid estaba allí... y me encontró con ella.

Maggie suspiró.

-Eres un tonto, Carl.

Me sentí arrepentido.

Maggie me miró con seriedad.

-No olvidaré lo que Kat hizo por ti, Carl. Ella te amo y se sacrificó por ti. No la pierdas", dijo.

Me sentí conmovido por las palabras de Maggie. Sabía que debía hacer algo para arreglar las cosas con Kat.

-¿Puedo hablar con ella?— preguntó papá acercándose.

Asentí y salí del dormitorio, cerrando la puerta.

Me senté y Abraham dijo:

-Qué demonios — parando el remolque.

- ¿Qué?— dijo papá llegando.

-Enemigos, ¿Atacamos? — dijo Abraham.

Papá negó.

-Quedate con Maggie — le dije antes de cerrar la puerta.

Mi padre, Abraham y los demás se bajaron del remolque.

— Quieres que sea tu último día en la tierra? — preguntó papá.

-No, pero ¿qué pasaría si fuera tu último día? O el de uno de tus amigos. Tratense bien, como tú lo dijiste, como si fuera su último día — dijo el hombre.

-También ustedes — dijo papá antes de entrar con los demás al remolque.

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-¿Por qué no te quedaste cuidando el refugio?— le pregunté a Aarón.

𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒆𝒍 𝑭𝒊𝒏 | ℭ𝔞𝔯𝔩 𝔊𝔯𝔦𝔪𝔢𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora