Capitulo 17

640 107 11
                                    

Sevika estaba derrotada, no encontraron a Jinx. Le costo muchos que las bandas le dieran su apoyo para poder salvarla, dando la ilusión de que si la salvaban podían obtener todo tipo de poder.

No podrá hacerlo de nuevo.

Sabe que Jinx mató a Silco, pero ella era una bomba de tiempo a sus ojos, de alguna manera retorcida espero este final.

Lo que más le duele es saber que ella ni quería ser rescatada, que ella solo quería morir en la celda o que la ejecutaran, pero como puede permitir ese final para ella.

No puede no lo hará.

Jinx se sabe esconder pero ella sabe cómo tenerla a su lado, cómo utilizar su nombre.

No está orgullosa de su idea, pero haría de todo para salvar Zaun.

Fue a la antigua habitación de Jinx, ahí encontró tantas bombas de colores y su antiguo invento más reciente, esas mariposas.

Ella no tiene ni idea de cómo funcionan esas cosas, pero Zaun está lleno de gente que sabe hacer arma puede que no con la misma precisión y creatividad que Jinx, pero si lo suficiente para modificarlas.

Mentiría a los barones químicos, les diría que ya tiene a Jinx que estas ideas son suyas, que solo está en su cuarto planeando inventos y maquinando planes, utilizará su nombre para el movimiento.

Mientras su plan está en marcha, vigila a Ekko de cerca ahora mismo es su mayor enemigo y siente que mientras le tenga un ojo encima podrá controlar mejor la situación cuando su plan empiece.

Lo ultimo que vio fue como se iba de Zaun, el momento perfecto. Sin Ekko podrá conseguir que los Firelight también se una a la causa.

Algo malo pasara en Zaun, todos caerán en la misma manipulación y todo Piltover echara la culpa a un inocente, ¿Qué es lo peor?, que todos esperaban eso.

Todos esperaban que Jinx haga una locura como esa, y nadie creería lo contrario.

Jinx se encontraba en el salón, dentro de sus pensamientos.

Se castigaba a ella misma, diciendo en su mente que no puede caer de nuevo en la falsa confianza de una persona, que ya no es Powder, es Jinx.

Viktor entro con una taza de té caliente, el suyo es solo mientras que el de Jinx tiene demasiada azúcar para el gusto de Viktor.

Jinx se relajaba al sentir el té.

Miro a Viktor y supuso que él quería mostrar que la apoyaba, pero tampoco sabía si dejarse llevar por esa demostración de afecto que le demuestran.

Él se sentó al lado de ella en se sofá tan cómoda para ella, para Viktor era una normal. Viktor quería abrazarla, y darle su apoyo peor como puede hacerlo. Es consciente de la pared que crearon ese día, donde solo expresaron sus pensamiento a la hora de buscar algo de ambos. Como puede creer que él es ese apoyo.

Solo se conocen de poco tiempo, tampoco debe ser tan importante.

Aunque todos esos pensamientos cruzan por su mente, decide dar un paso pequeño. Le agarra de la mano, no de manera romántica sino mas de hermandad.

Jinx no puede más y decide dejarse llevar, apoya su cabeza en el hombro de Viktor y suspira pesadamente. Ninguno se movió o dijo algo, solo se dejaron llevar por la calma del campo hasta que su angustia se calme solo.

La calma antes de la tormenta.

Ekko llegó al pueblo y aunque intento no dejarse llevar por la emoción y parecer serio, no pudo evitarlo. Él al igual que Jinx nunca estuvo fuera de Zaun.

Todo le parecía hermoso, el solo pudo ver y contemplar hermosamente el árbol que tanto protege y ahora, en este pueblo ve a lo lejos un bosque de árboles del mismo tamaño que el suyo.

En un momento se regaño internamente por dejarse llevar, y empezó con la búsqueda, al parecer todos ahí no podían reconocer el dibujo que hicieron de Jinx, entendió porque decidió hacer una escapada en este lugar, aquí nadie la reconocerá.

Estaba perdiendo la esperanza, la noche se acercaba.

Cuando entro a una heladería esperando que ahí le ayudaran, fue ahí cuando encontró la solución de sus problemas.

La dueña del lugar le dijo que la cara de aquella chica era similar a una turista que paso por ahí hace poco, pero que estaba seguro de que no era ella, porque la chica de la foto se veía demasiado demacrada mientras que la de la turista brilla.

Ekko no dudo dos veces, fue a la cabaña. (Al parecer es el único lugar turístico, debido a que los demás alojamientos cerraron)

Cuando llego no supo como actuar. Estaba claro que no sería.

Toc Toc Toc.

¿Quien es?

Vengo a detenerte abre la puerta.

Y que de la nada Jinx se entregara sin problemas. Tampoco quería entrar de sopetón, como lo haría normalmente cuando no esta al cien por cien seguro de que aquella turista es ella, sería otro momento incomodo.

Sin pensar mucho se dirigió hacía alguna ventana para poder visualizar a las personas de adentro, en la sala no vio a nadie así que fue a la siguiente habitación. 

Pudo ver que se trataba de la cocina, la cena esta lista y ahí dentro vio a un chico que alistaba la mesa, se notaba que era un chico de Piltover por la manera en la que vestía y preparaba elegantemente los cubiertos.

No quiso dar pensamientos apresurados, la señora de la heladería le contó que eran dos hermanos, por lo que no estaría seguro del todo hasta ver a la chica.

Vio como Viktor gritaba a alguien, no sabía bien a quien porque no se escuchaba desde afuera de la casa.

Se quedo ahí mirando, hasta que la vio.

Su pelo corto estaba mojado, supuso que salió de la ducha al ver la toalla en sus hombros, su pijama era cien por cien algodón o eso supuso porque  la verdad nunca supo mucho de telas, no es que en Zaun pueda elegir la ropa a su gusto.

Pero cuando era niño escuchó que el algodón era un buen material y muy suave.

Y ahí estaba ella utilizándolo.

La vio sonreír mientras comía aquel plato, hablaba y reía con aquel chico. Fue como ver un cuadro.

Ella es una obra maestra. Pensó que quería mantener esa imagen para siempre pero sabía que tenía que hacer y sobre todo que no quería ser siempre el observador.

Dejo que llegara la noche, y espero a que estuviera seguro de que ambos dormían. Al tener toda duda aclarada no dudo en entrar, para llevarse a Jinx.

Dentro del cuarto la vio dormir pacíficamente, le pidió perdón en voz alta y la ato de las manos para llevarse de vuelta a su celda, esta vez para ejecutarla.

Jinx se dio cuenta rápidamente y peleo contra él, sus lagrimas salían porque por una vez quería despedirse de alguien antes de irse, no quería morir dejando confundido a Viktor. Grito pidiendo ayuda.

Viktor se levanto agarro una de las armas que Jinx construía en su tiempo libre, y apunto a Ekko. El ambiento era muy seco y agobiante, se miraron fijamente.

De nuevo Jinx y Viktor están una situación donde ambos no sabias que hacer o decir, solo se miraban.

Tuvieron un deja vu, recordando el día que se conocieron.

Estoy cansadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora