Capítulo 8

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Advertencia: este capítulo puede tener escenas que no son explícitas, pero aún así son bastante fuertes.

Se encomienda discreción a los lectores...








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Naruto parpadeó, aún sintiendo un extraño entumecimiento en su cuerpo. Había algo en el aire, en la quietud de la habitación y en la presencia de Hinata junto a él, que le daba una sensación de inquietante irrealidad. Como si algo en su entorno fuera incorrecto, una anomalía que no lograba descifrar. Se esforzó por incorporarse, pero sus músculos parecían pesados, como si llevasen el peso de un agotamiento profundo que no recordaba haber sentido antes. Todo le daba vueltas y, sin embargo, lo que más lo confundía era la sensación familiar en su pecho, una mezcla de vacío y anhelo, como si hubiera pasado una vida entera lejos de alguien que ahora no estaba ahí.

Hinata, al percatarse de su movimiento, lo miró con una mezcla de preocupación y alivio en los ojos. Su expresión era suave, atenta, pero Naruto sintió una incomodidad indescriptible al verla tan cerca, observándolo como si lo analizara, como si tratara de averiguar qué era lo que estaba mal.

—¿Qué está pasando? —preguntó Naruto al aire, casi en un susurro.

Esa simple pregunta pareció sacudir a Hinata de su silencio. Ella se inclinó hacia él, levantando la mano como si quisiera comprobar su temperatura, pero se detuvo a mitad de camino, sus dedos temblando levemente. Naruto podía ver la tensión en sus ojos, la preocupación reflejada en ellos. Era como si ella hubiese estado esperando este momento con temor, como si hubiese pasado cada día de su ausencia imaginando cómo sería cuando él despertara.

—Naruto, ¿estás bien? —preguntó ella suavemente—. ¿Te duele algo?

Naruto intentó calmar su respiración, pero el sentimiento de irrealidad seguía persistiendo, haciéndolo cuestionarse si lo que estaba viviendo era un sueño, o si, de alguna forma inexplicable, todo lo que recordaba había sido solo una ilusión. ¿Dónde estaba Sasuke? ¿Y por qué estaba Hinata tan cerca de él, casi como si volviera a ser su esposa?

Desvió la mirada, incómodo. Su primer impulso fue alejarse, porque en el fondo de su mente persistía el miedo de que Sasuke malinterpretara esa cercanía. Pero rápidamente recordó dónde estaba... o más bien, dónde no estaba. Su entorno parecía tan real como difuso, una superposición extraña de dos realidades.

—No... no, no me duele nada, —murmuró Naruto, esforzándose por ocultar el desconcierto en su voz—. Simplemente estoy... confundido. Hinata, ¿qué pasó?

Hinata lo miró en silencio, como si intentara descifrar algo que él mismo no comprendía. Finalmente, tras una breve pausa, se levantó del asiento a su lado. Parecía que iba a buscar algo, tal vez un médico o alguien que pudiera explicarle a Naruto lo que él mismo no lograba recordar. Pero antes de hacerlo, volvió a hablar.

—Después de la batalla, los anbu te encontraron en el campo —explicó, con una calma forzada—. Estabas... en un estado crítico. Apenas lograron traerte con vida. Has estado en coma durante varios meses, Naruto.

Las palabras resonaron en su mente, golpeándolo con una fuerza casi física. "¿En coma? ¿Meses?"

De repente, como un torrente que se desborda, comenzaron a surgir fragmentos de recuerdos, o de algo que parecía más un sueño que una realidad. Naruto sintió que su cabeza comenzaba a dar vueltas al intentar unir los pedazos de la historia que recordaba. Sasuke. El viaje, la confesión, el tiempo que habían compartido juntos. Todo estaba tan vívido en su memoria que parecía imposible que fuese simplemente un sueño.

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