Una OBSESIÓN (Billdipp)

condicciones para el trato ( perspectiva de Bill)

¡ADVERTENCIA! este capitulo es la perspectiva de Bill de el anterior. Si no te interesa puedes saltartelo, ya que, a pesar de que hay un poco mas de Lore y diferentes líneas no añade mucho al arco principal.

Me quedé de pie, flotando apenas unos centímetros sobre el suelo, mientras lo observaba dormir profundamente. Para cualquiera, Dipper parecía estar simplemente en paz, perdido en sus sueños de humano ordinario. Pero yo podía notar más que eso. Sus respiraciones eran irregulares, sus dedos a veces se tensaban, y el ritmo de sus pestañas al parpadear era casi un libro abierto para mí.

Dipper tenía una forma tan intrigante de ser vulnerable y fuerte al mismo tiempo, un contraste tan delicioso que, sinceramente, me resultaba imposible ignorarlo. Era como si ese mismo aire de fragilidad le diera una especie de poder invisible, uno que, incluso sin él notarlo, conseguía que yo, el demonio más poderoso y despiadado que ha existido, no pudiera apartar la vista.

Me acerqué un poco más, sin hacer el menor ruido. Al estar tan cerca de él, podía ver cómo se le movía apenas el pecho al respirar, sus labios entreabiertos, una imagen tan inocente y... mía. Aquel pensamiento me hacía sonreír con un deleite que incluso yo tenía que admitir. Había una especie de satisfacción primitiva en saber que, aunque Pino dormía tan plácidamente, sin darse cuenta de mi presencia, yo podía estar ahí, observando cada centímetro suyo. Podía simplemente estudiar cada detalle de su expresión, de la forma en la que su cabello caía desordenado sobre su frente.

Y entonces, como si algún instinto de supervivencia en él se activara, sus ojos se abrieron de golpe y me miraron directamente. Dio un respingo, asustado, y yo me deleité en su reacción, con una sonrisa tan amplia que hasta me dolían los labios.

-¿Qué pasa, Pinetree? ¿Has dormido bien?-
pregunté con un tono entre burlón y absolutamente intencionado. Sabía que mi presencia lo incomodaba, y eso era un entretenimiento extra.

Él se levantó, aún con el corazón latiéndole rápido del susto, y lanzó una mirada de disgusto en mi dirección. No me importaba, después de todo, hasta su irritación me resultaba fascinante. Lo vi dirigirse al baño sin decir nada más, pero yo no iba a permitir que se escabullera tan fácilmente. Lo seguí como un cachorro pegajoso, y con cada paso que daba, podía ver cómo se tensaban sus hombros y cómo cerraba los puños, tratando de no mostrar cuánto lo incomodaba mi presencia.

-¿Acaso no tienes otro lugar que espiar?-
me dijo, cruzando los brazos al llegar al lavabo.

-¿Por qué habría de hacerlo? Tú eres infinitamente más entretenido que cualquier otro espectáculo- Respondí, flotando justo a su lado, mirándolo desde arriba con una expresión que claramente le provocaba aún más nerviosismo.

Dipper me lanzó una mirada de advertencia antes de abrir la llave del agua y salpicar su rostro, tratando de ahogar el rubor que ya comenzaba a asomar en sus mejillas. Mis ojos dorados captaron cada detalle, su cara empapada de gotas de agua. Y, lo disfruté intensamente.

Pero entonces, tomé un impulso que no pude reprimir. Con un movimiento rápido, lo sujeté por la cintura, y al sentir la rigidez en su cuerpo, acerqué mi otra mano a su mandíbula, obligándolo a mirarme de cerca. Pude ver el miedo y la sorpresa en sus ojos, esos hermosos ojos marrones que parecían esconder secretos que me atraían como nada antes. No importaba cuánto tiempo pasara con él, o cuánto lograra averiguar, siempre había algo más, algo que se me escapaba... y yo lo deseaba todo.

-Tú y yo nunca hablamos de las condiciones del trato, ¿verdad?- le dije con una voz suave, apenas un susurro en su oído, mientras notaba cómo la piel de su cuello se erizaba.

Sus ojos, más amplios que nunca, intentaban leerme, seguramente calculando qué clase de intención siniestra me traía hasta él ahora. "¿Voy a devorar su alma? ¿Volveré a destruir su universo?" Se notaba en su mirada que estaba considerando todas esas ideas, y si mente me lo confirmaba.