Espejismo aterrador.

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Bill perspectiva en la feria:

Al recorrer la feria con ellos, intentaba mantener mi aire indiferente, como si cada cosa a mi alrededor me aburriera. Pero, en realidad, no podía apartar la mirada de Dipper. Cada vez que él se asustaba con algún truco barato o con un ruido inesperado, se quedaba mirando a su alrededor con los ojos grandes y brillantes, mientras sus latidos intentaban bajar, y eso me hacía sonreír.

Pasamos por distintos puestos y, cada vez que Dipper hablaba, Enzo aprovechaba para acercarse. Aunque el chico de hielo intentaba disimular su nerviosismo, estaba claro que trataba de lucirse. Parecía… ¿celoso? Observé cómo le hablaba en un tono calmado, intentando ganarse su confianza. Lo miraba con esa atención que hacía que mi paciencia se tensara. Cuando Dipper reía ante algún comentario de Enzo, mis dientes rechinaban de forma involuntaria. Era como si intentara acaparar cada uno de esos segundos y convertirlos en algo propio.

Al llegar a un puesto de tiro al blanco, Enzo se ofreció a intentar ganar un peluche para Dipper. Aquel peluche ridículo y blando que, de alguna manera, logró despertar el entusiasmo en Dipper. Observé cómo Enzo fallaba y volvía a intentarlo, y cómo la expresión de Dipper pasaba de la risa a una genuina ilusión mientras esperaba el resultado.

Finalmente, cuando el chico logró acertar y consiguió el premio, Dipper tomó el peluche con una sonrisa, agradeciéndoselo con ese brillo en los ojos. Fue demasiado para mí. Me acerqué, fingiendo interés, y le dije con una sonrisa envenenada:

-Vaya, Pinetree, nunca pensé que fueras tan sentimental como para encariñarte con cosas tan…- Hice una pausa, dejando que mis palabras encontrasen su blanco.

-insignificantes.- proseguí, con una sonrisa de burla, como era habitual.

Dipper me miró, ligeramente incómodo, como si no estuviera seguro de si estaba bromeando o no.

-Bueno, es sólo un peluche, pero me recuerda a…- empezó a decir, pero se interrumpió, evitando mirarme a los ojos.

Seguimos caminando por la feria, y el resentimiento que sentía hacia Enzo crecía a cada paso. Al final, llegamos al lugar que buscabamos; El salón de los espejos. Allí, entre risas y temores, pude observar cómo Dipper se asustaba cada vez que su propio reflejo lo tomaba por sorpresa, y cada susto suyo se sentía como una pequeña victoria.

Sin embargo, la situación dio un giro cuando decidimos internarnos en la sección prohibida, decían que allí encontrarías tus peores miedos en los espejos. la atmósfera cambió, este era un lugar que incluso los humanos evitaban, y esa oscuridad desconocida me tentaba. El letrero lo dejaba claro: "aquí se revelaban tus peores miedos."

-¿Miedos?- dije en voz alta, con un tono burlón.

-¿Cómo podría un simple reflejo atemorizarme? Si soy encantador.- Me burle, poniéndome una mano en la cabeza para exagerar lo aún mas.

En cuanto nos adentramos, pude notar que algo era diferente. El lugar estaba lleno de espejos antiguos y gastados, cada uno de ellos alineado en un pasillo oscuro y silencioso. Los espejos parecían cobrar vida, retorciéndose con una energía que incluso yo encontraba intrigante. Enzo, intentando impresionar a Dipper, comentó en tono seguro:

-Bah, ¿esto es todo lo que tienen para ofrecer? Los humanos sí que se asustan con tonterías.-

Dipper, por su parte, temblaba de pies a cabeza. Verlo en ese estado, vulnerable, hizo que algo en mi interior se removiera, pero reprimí el impulso de querer protegerlo. Él era mío, mi pequeño Pinetree, y si alguien tenía el derecho de jugar con su miedo, ese era yo, no Enzo.

Dipper y Enzo comenzaron a adentrarse aún más, pero yo me quedé atrás.

Fue entonces cuando me quedé frente a aquel espejo.

Una OBSESIÓN (Billdipp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora