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Panamá observó cómo Venezuela se alejaba, pero antes de que pudiera dar un paso atrás, un leve murmullo de voces lo hizo girarse. Venezuela no se había alejado por completo; se había detenido un momento, como si estuviera esperando algo. El silencio entre ellos era pesado, palpable. Panamá sintió que la distancia entre ambos se expandía, como si una capa invisible se interpusiera entre ellos. Pero antes de que pudiera procesar el momento, Venezuela rompió el silencio.

"¿Sabes?" Venezuela empezó, girándose lentamente, su mirada fija y profunda en Panamá, como si le costara encontrar las palabras adecuadas. "Pensé que después de todo esto, las cosas serían... diferentes." Su voz sonaba baja, pero llena de una emoción contenida, como si cada palabra estuviera cargada de años de historias no contadas.

Panamá se quedó quieto, incapaz de responder de inmediato. Había algo en esas palabras, algo que lo tocaba profundamente, pero no sabía cómo reaccionar. La distancia que sentía, la separación entre ellos, lo dejaba sin aliento. "¿Diferentes cómo?" preguntó finalmente, su tono tan apagado como su corazón se sentía en ese momento.

Venezuela sonrió ligeramente, una sonrisa triste, casi nostálgica. "Pensé que después de todo lo que pasamos, después de todo lo que fuimos, habría algo más. Algo que no fuera solo... distanciarse."

El dolor en las palabras de Venezuela golpeó a Panamá con fuerza, como un golpe en el estómago. ¿Cómo podía Venezuela esperar algo más cuando todo había cambiado tan drásticamente? La independencia de cada uno, su propio camino, parecía una línea divisoria, una barrera que no podían atravesar. "Tal vez..." Panamá comenzó a decir, pero su voz se quebró por un momento, el nudo en su garganta impidiéndole continuar.

Venezuela lo miró fijamente, como si esperara una respuesta que no iba a llegar. "Tal vez todo se terminó mucho antes de que nos diéramos cuenta," dijo, sus palabras casi inaudibles. Luego, dio un paso atrás, su mirada cargada de una tristeza que Panamá nunca había visto antes. "La independencia es lo que todos queríamos... pero no sabíamos lo que eso implicaría, ¿verdad?"

Panamá tragó con dificultad, sus ojos fijos en el rostro de Venezuela. En ese momento, todo el bullicio que los rodeaba parecía desvanecerse. El 5 de julio, la independencia de Venezuela, los celebrantes a su alrededor, todo desapareció. Solo quedaba la mirada que compartían, la sensación de pérdida compartida, la incertidumbre de lo que vendría.

"No sabía qué esperar..." Panamá murmuró finalmente, su voz bajando casi al susurro. "No sé si yo estoy listo para esto, para todo lo que ha pasado. La independencia me... me hace sentir vacío, como si una parte de mí estuviera ya perdida, lejos de lo que solíamos ser."

Venezuela lo miró con una mezcla de comprensión y dolor. "Lo sé, Panamá. Yo también siento lo mismo. Pero no podemos volver atrás. No podemos seguir atados a lo que fuimos."

"¿Entonces qué?" preguntó Panamá, casi sin esperanza. "¿Realmente crees que esto es lo mejor? Que separarnos es la respuesta?"

Venezuela suspiró, como si estuviera tratando de procesar todo lo que estaba ocurriendo. "No sé si es lo mejor... pero es lo único que podemos hacer ahora. La independencia de cada uno es lo que nos ha llevado a esto. Tal vez, más adelante, nuestras rutas se crucen de nuevo. Tal vez no. No lo sé."

El silencio volvió a caer entre ellos, pero era un silencio diferente, más cargado de lo que podrían decir. La emoción estaba flotando en el aire, atrapada entre ellos, sin poder ser liberada. Panamá deseaba poder encontrar las palabras adecuadas, algo que aliviara la sensación de pérdida que ambos sentían. Pero no había nada que pudiera cambiar lo que acababa de ocurrir.

"Entonces..." Panamá comenzó, sin saber si debía seguir, pero continuó. "¿Esto es lo que somos ahora? Dos países que una vez compartieron algo, pero que ahora estamos demasiado separados para siquiera saber qué hacer?"

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2024 ⏰

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