Oikawa Tooru

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Minami _____.

¿Era correcto?

Tooru tenía novia, o eso es lo que creo, siempre me recordaba que yo era primero pero ¿Por qué no terminaba con ella?

— Entonces Iwa-chan me golpeó súper fuerte pero recapacité. — me contaba Oikawa a través de la pantalla.

Estábamos en videollamada, mientras nos poníamos al día con varias cosas de nuestras vidas.

— Si... — dije.

— No es raro en ti que seas cortante conmigo pero te pasa algo ¿Que tienes?

— No estoy cortante, te estoy escuchando Oikawa. — dije encogiéndose de hombros.

— Me acabas de decir Oikawa, algo te sucede, sabes que puedes contarme linda-chan.

Me removí incomoda mientras él me miraba expectante del otro lado de la pantalla.

— ¿Terminaste con tu novia? — pregunté finalmente.

— ¿A que viene esa pregunta? — contraatacó con una sonrisa de lado.

— No respondas si no quieres. — dije fácilmente pero me comía la curiosidad.

— Si, termine con ella hace ya tiempo. — contestó con facilidad.

— Mmm, que pena. — a mis adentros me sentía totalmente tranquila por eso.

— ¿Por qué la pregunta?

Suspiré, creo que era tiempo de ya hablar con él de esto, pero simplemente me daba miedo, muchos años de amistad por detrás, no quería que nos convirtiéramos en desconocidos como la última vez.

— Hey... te quedaste en un trance. — dijo y volví mi vista a la pantalla.

— Lo siento, estoy en la luna.

— Me di cuenta.

Era el momento de hablar con él.

— Necesito que veas algo.

Me levanté de mi cama sintiendo la mirada de Oikawa en mi, tomé la caja que aquella vez había recibido de ellos y me volví a sentar mirando al teléfono.

— Esa es la caja de las cartas. — dijo cambiando su tono infantil a uno serio.

— Si, lo es. — dije firme pero me comían los nervios.

Pronto el ambiente entre ambos cambio, lo que parecía una conversación sin sentido se convirtió en una seria, de tensión.

— ¿Ya tienes tu respuesta? — preguntó tragando en seco.

— Si, tengo mi respuesta aquí mismo, solo me queda una carta en su interior. — dije y el ladeó su cabeza.

— ¿Te queda una carta?

— Si, las demás las entregué, fue extraño pero creo que en mi corazón ya lo sabía.

— No me has entregado mi carta.

— No, no lo he hecho.

Oikawa quedó en trance mientras me miraba con el ceño fruncido, estaba analizando cada una de mis palabras.

Mientras este estaba concentrado y conectaba los cables en su cerebro, abrí la caja, saqué la carta y junto con ella, aquella flor.

— "Te amaré hasta que la última flor se marchite" — cité lo que algún día él me dijo.

— "Te amaré hasta que la última flor se marchite", eso fue lo que te dije y lo sigo pensando.

— Está es mi repuesta. — mostré aquella carta, que tenía su firma, la firma de Tooru.

El chico pareció haber quedado nuevamente sin palabras, no sabía que decir, estuvo así por unos instantes.

— Quédate ahí y no te muevas.

Dicho eso corto la llamada ¿Que iba a hacer? ¿Iría a mi casa? Quede un momento procesando.

Mi casa no quedaba muy lejos de donde vivía pero la rapidez con la que sonó el timbre en la puerta principal me sobresaltó ¿Era él?

Bajé corriendo las escaleras y me detuve justo al llegar frente a la puerta, arreglé un poco mi cabello y mi pijama, como si nunca me hubiera visto en mis peores momentos.

Abrí la puerta para dejar ver al Tooru.

— Hola...

El chico no dijo absolutamente nada, se adentró a la casa cerrando la puerta, me tomó de los muslos levantándome del suelo de modo que enredé mis piernas en su cintura.

— ¿Esto no es un sueño? — preguntó juntando nuestras frentes.

— No, no lo es.

— Te amo desde el primer momento que te conocí y seguiré con ese pensamiento toda mi vida.

Dicho eso junto nuestros labios en un beso, él era todo lo que quería, tenía miedo, Tooru era muy popular y buscado pero me arriesgaría, me arriesgaría con el.

— Te amo también — dije sonriendo.

— Otra vez le gané a Tobio-chan — sonrió abiertamente.

— Idiota.

Just look at me || Haikyuu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora