Just look at me || Haikyuu.

Kuroo Tetsuro

Minami ____.

Esta vez había decidido sentarme sola en el autobús, no tenía mucha batería social, teniendo en cuenta que viajaríamos de noche.

El torneo nacional había terminado hace unos días y el entrenador Nekomata nos solicitó partidos de práctica antes de la despedida de tan grandes jugadores como lo eran los de 3ro.

Las horas pasaban, había dormido al menos una hora cuando desperté sin poder conciliar el sueño nuevamente.

— Hey _____.

Miré a mi lado a la persona que se había sentando conmigo en la oscuridad.

— Hola Daichi. — sonreí levemente al capitán.

— Creo que mi deber como capitán, o al menos lo que me queda, es saber si mi equipo está bien.

— No tengo idea a qué te refieres.

— ¿Estás bien Minami? Te noto algo inquieta.

Claro que estaba inquieta, íbamos a Nekoma, eso significaba, tener que hablar con él...

— Estoy bien Sawamura. — mentí.

— ¿Esto tiene que ver con las cartas? — desvíe la mirada y el suspiró. — Sabía que era mala idea.

— No te preocupes, tengo todo bajo control ya.

— Eso significa... ya tienes a alguien. — abrió la boca levemente sorprendido.

— Mmm, creo que si. — giré mi cabeza para mirar hacia la ventana de modo de no tener que enfrentarlo.

— Lo siento... ¿Puedo saber quien es?

— Daichi, lo lamento, no es alguien del Karasuno. — dije y el de quedó en silencio.

Era incómodo, el estaba a mi lado cuando yo había dicho que no estaría con ningún chico de mi propio equipo, no era él...

Estuvimos así unos segundos hasta que sentí que se levantó de su asiento y caminó hasta donde estaba sentado anteriormente.

— Carajo... — pasé mis manos por mi cara frustrada.

Las horas pasaron más rápido de lo que pensé y sin darme cuenta ya estábamos en la preparatoria Nekoma.

Estaba nerviosa.

— Déjame ayudarte con eso. — Daichi cargó la gran caja de botella que llevaba. — Lamentó lo de anoche, solo me tomó por sorpresa, pero sabes que te apoyaré en todo.

— Muchas gracias capitán. — sonreí y el igual lo hizo.

— Cuervos pueblerinos... — me tensé notoriamente al momento de escuchar esa voz creo que Sawamura lo notó porque frunció el ceño.

— Kuroo. — saludó Daichi hacia el pelinegro.

— Que grato volver a verlos, esta vez los destrozaremos — sonrió de lado y su vista pasó del capitán hacia mi. — Hola muñeca.

— Hola Kuroo. — hablé jugando con mis manos.

— Solo juegas con tus manos cuando estás nerviosa. — me susurró Kageyama en un intento de no ser escuchado cosa que no funcionó para nada.

— ¡Kageyama idiota! — hablé entre dientes mientras lo goleaba en el brazo, este me miró sin entender cual fue su error.

— ¿Te pongo nerviosa? — Kuroo puso sus manos en su cadera y sonrió gatunamente hacia mi.

— No... — dije segura y me giré para ir hacia Shimizu en un intento de no ser vista más por el capitán del Nekoma.

Que difícil.