XII

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Los meses se sucedían normalmente, y poco a poco fui retomando mi rutina de siempre.

De cuando en cuando recibíamos mensajes de Becky, dirigido a ambos y contándonos cómo era su vida en California. Generalmente, era yo la que respondía en nombre de los dos.

Por supuesto por mensajes no podíamos hablar de nuestras cosas, así que en los momentos en que mi esposo no estaba en casa nos poníamos de acuerdo para llamarnos y hablar sobre nuestros sentimientos.

Te extraño- me confesaba- Extraño tu cuerpo, tu sabor, tus jadeos, tus besos, tus caricias de mujer. Recuerdo uno a uno los momentos que pasamos juntas y mi deseo no tiene sosiego.-

Y yo también le contaba lo que sentía: hacer el amor con su hermano ya no era lo mismo, y muchas veces en su ausencia me masturbaba imaginando nuestros momentos de pasión. La necesitaba cerca de mí.

Fue en una de esas charlas que me confesó que tenía una sorpresa para mí y que pronto me llegaría. Sólo que tendría que abrirlo en ausencia de mi esposo. Sería algún regalo, ya que se aproximaba el día de mi cumpleaños. Pero, ¿por qué abrirlo a solas?

Regresaba apurada después de un largo día de trabajo, cuando él me comenta: -Hay un sobre para ti.

-¿Un sobre?-exclamé sorprendida. Yo esperaba una encomienda. Miré el remitente: era ella; recordé su sugerencia y lo dejé sobre la mesa.

- No vas a ver qué tiene?- preguntó  intrigado.

- Ahora no-disimulé- Estoy cansada, mejor mañana.

Esa noche casi no pude dormir por la ansiedad.

Sin poder contenerme más, me levanté a media moche para abrir el sobre y conocer cuál era la tan esperada sorpresa. Cuando lo vi, no podía creerlo: era una nota del gerente de la empresa donde ella trabajaba solicitando mis servicios por tres meses.

Por comentarios de Becky acerca de nuestros trabajos, había creído conveniente que fuera yo quien colaborara en un proyecto presentado por ella para la construcción de un importante centro cultural en las afueras de la ciudad. No lo podía creer. Junto a la solicitud, una nota de ella que decía:

"Mi amor:

Espero que mi sorpresa nos devuelva esa felicidad que algún día tuvimos. Por favor explícale a mi hermano que no puedes perder esta oportunidad laboral y que los meses pasan volando. Muéstrale la otra carta que te mando junto con esta. Si aceptas, tienes que estar aquí en dos semanas. Después de leer, quema esta carta. Te extraño. Te amo. Te espero."

Aturdida por los nervios, creí escuchar que Richie se levantaba de la cama y me apresuré a guardar la nota en el bolsillo del delantal de cocina, que tenía cerca. Para justificar mis andanzas noctámbulas me dirigí al baño apresuradamente.

Cuando volví a la cama, él dormía plácidamente.

Mi Cuñada BeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora