Dos

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Estoy muriendo. Estoy muriendo lenta y dolorosamente. No puedo hacer más que escribir e incluso eso hace mis huesos doler, hace dos días que devuelvo todo lo que como por lo que me pusieron suero, tengo un carrito con una bolsa de suero que llevo a todos lados. Subir y bajar la escalera es doloroso y ya ni siquiera pienso en hacerlo. No puedo ir al baño: uso una chata. Tengo hambre y sed constantemente pero no puedo tomar ni comer nada ya que no se mantiene en mi estómago por más de veinte minutos y el suero no sacia mi hambre en lo más mínimo. Estoy muriendo. Y lo único en lo que me puedo apoyar para seguir despierta es en mi padre, mi abuela y Levin. No hay nadie más. No tengo amigas que me vengan a visitar, a todas les da pena hacerlo, no tengo madre con quien hablar ni más familiares que yo conozca realmente. Sólo Levin sigue viniendo todos los días, sin excepciones y siempre se va diciéndome que estoy cada día más hermosa. Es mentira, pero es todo lo que tengo. Estoy muriendo y ni siquiera sé de qué.

Con amor, Lis Rowinski.

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