El precio del poder
El sonido del teléfono retumbó en la habitación vacía, interrumpiendo el pesado silencio que se había apoderado de la noche. Alessia miró el número en la pantalla y suspiró. Sabía que no podía seguir evitando las consecuencias de lo sucedido en Vía Castello. Había tomado la cinta, pero ahora la verdad que ocultaba no era solo la de su padre. Era un recordatorio constante de las sombras que se movían a su alrededor, de las piezas que estaban fuera de su control.
—¿Romano? —dijo, levantando el teléfono con una mano firme.
—Alessia, es Carla —respondió una voz al otro lado. La preocupación era evidente en su tono. —Necesitamos hablar.
La palabra "necesitamos" resonó en su mente mientras se sentaba en el borde de la cama.
—¿Qué pasa? —preguntó, su voz llena de autoridad, pero con una ligera tensión.
—Hay algo que descubrí —dijo Carla en un susurro. —Algo que no quiero que sepas por otras fuentes. Tu madre... no solo estuvo involucrada con tu padre. Hubo alguien más, y no es lo que crees.
Alessia frunció el ceño. Las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar, pero no como esperaba.
—¿Quién más? —preguntó, su voz cortante.
—Marcello —respondió Carla, sin vacilar. —Tu madre tuvo una relación con él mucho antes de que tu padre muriera. Y, por lo que puedo reconstruir, Marcello no es solo un rival. Es alguien que ha estado jugando un juego mucho más largo de lo que imaginas.
El mundo de Alessia pareció tambalear por un momento. No era solo la amenaza de Marcello lo que la dejaba en shock, sino la conexión que su madre había tenido con él. Algo en su interior le decía que todo esto era parte de un plan mucho más grande.
—¿Dónde estás? —preguntó, levantándose rápidamente, ya dejando atrás la confusión inicial.
—Te lo diré en persona. —Carla cortó la llamada sin más.
En cuestión de minutos, Alessia se encontraba en su coche, conduciendo a través de las calles vacías de la ciudad. El aire estaba pesado, como si el mundo mismo supiera que algo importante estaba a punto de suceder. Las luces de la calle parpadeaban y se reflejaban en el cristal del coche, proyectando sombras alargadas en la carretera.
Cuando llegó al apartamento de Carla, entró sin esperar invitación. Carla la esperaba en el salón, una expresión grave en su rostro.
—¿Qué descubriste? —dijo Alessia sin rodeos.
Carla la miró a los ojos, asegurándose de que Alessia comprendiera la gravedad de lo que estaba a punto de decir.
—Tu madre no solo estaba involucrada con Marcello, Alessia. —Carla tragó saliva, mirando hacia el suelo antes de continuar. —Ella te usó, te manipuló. Lo que tu madre no te contó es que fue ella quien provocó la caída de tu padre, no Marcello. Y no solo eso, la grabación que tienes, esa cinta, no fue una confesión de tu padre. Fue un acuerdo... una mentira.
Alessia quedó paralizada. Las palabras de Carla chocaron con ella como una tormenta.
—¿Qué quieres decir con que mi madre...? —Alessia no pudo terminar la frase, el nudo en su garganta apretando su voz.
Carla dio un paso hacia ella, su tono de voz más bajo, casi como si temiera que alguien más escuchara.
—Lo que te estoy diciendo es que todo lo que creías saber sobre tu familia está distorsionado. Tu madre y Marcello tenían un acuerdo: tu madre no solo tenía un amorío con él, sino que también le prometió el control de todo el imperio Romano a cambio de su apoyo para deshacerse de tu padre. Lo que tu padre grabó en esa cinta fue una especie de testamento, un último intento de advertirte.
Alessia no podía asimilarlo. La imagen de su madre, la mujer que siempre había sido su figura de autoridad y guía, ahora se desmoronaba ante sus ojos. Todo lo que conocía, todas las lecciones que había aprendido ya no parecían tan sólidas.
—¿Y por qué Marcello no me ha mostrado todo esto? —preguntó, buscando respuestas en los ojos de Carla.
—Porque te está probando. Está esperando a que te rindas. Esa grabación es su carta de triunfo. La tiene guardada como un as bajo la manga. Y ahora, Alessia, tiene el control sobre ti. Lo sabe, y lo sabe bien.
Alessia dio unos pasos hacia la ventana, observando las luces de la ciudad brillar con indiferencia. Su mente estaba un torbellino. Ahora tenía dos enemigos que jamás había imaginado: Marcello, con sus juegos oscuros y sus manipulaciones, y su propia madre, quien había vendido su alma para asegurarse el poder.
Pero había algo más. Algo que Carla no había mencionado, algo que estaba acechando en las sombras, esperando a ser descubierto.
—¿Quién más está involucrado en esto? —preguntó de repente, girándose hacia Carla, con una nueva determinación en sus ojos.
Carla dudó antes de responder.
—Hay alguien más. Pero aún no estoy segura de quién es. Solo sé que está muy cerca de ti, Alessia. Muy cerca...
Alessia sintió que el aire en la habitación se volvía más denso. Un escalofrío recorrió su espalda. ¿Quién más podría estar involucrado? ¿Quién más estaba jugando con su vida y su futuro?
Antes de que pudiera decir algo más, el sonido de su teléfono interrumpió el tenso silencio. Alessia miró la pantalla. Era un mensaje de Marcello:
"No me hagas perder más el tiempo, Alessia. Sabes lo que tienes que hacer. Y esta vez, no habrá escapatoria."
El corazón de Alessia latía fuerte, y la adrenalina recorrió su cuerpo. Sabía que su próxima jugada definiría su futuro. Pero ¿estaba preparada para enfrentar la verdad completa?
La tensión creció como un peso invisible que se iba acumulando sobre sus hombros. Cada vez que pensaba que tenía el control, la situación cambiaba. Lo que más temía no era tanto el poder que otros pudieran quitarle, sino lo que ella misma podría llegar a descubrir sobre quienes amaba. ¿Hasta dónde llegaría su madre para asegurarse su lugar en el trono? Y, ¿cómo podía enfrentarse a una red de traición tan tejida y compleja sin perderse en ella?
Con una determinación renovada, Alessia se dirigió hacia la puerta.
—Voy a encontrar la verdad. No importa lo que cueste.
Carla la observó en silencio, sabiendo que la decisión de Alessia podría ser tanto su salvación como su perdición.
—Ten cuidado, Alessia. No todos los enemigos vienen de fuera. Algunos son los que tienes dentro de casa.
La puerta se cerró con un suave crujido, dejando a Carla sola en la oscuridad. Alessia subió a su coche, pero antes de arrancar, miró una vez más el mensaje de Marcello, leyendo entre líneas lo que no decía: la guerra estaba a punto de escalar, y las apuestas nunca habían sido tan altas.
La Reina del Crimen iba a tener que jugar su juego más peligroso. Y esta vez, las reglas no eran claras.
![](https://img.wattpad.com/cover/385020415-288-k850916.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Reina Del Crimen
Mistério / SuspenseAlessia Romano ha heredado el trono de la mafia italiana, convirtiéndose en "La Reina del Crimen", una figura poderosa en un mundo dominado por hombres. Gobernando con inteligencia y mano de hierro, Alessia ha aprendido a no confiar en nadie, especi...