Reina Del Crimen

Capítulo 21

El Regreso de los Fantasmas

La noche había caído sobre la ciudad, y Alessia se encontraba en su oficina, revisando las cifras de las últimas operaciones. El ambiente era tenso; los ataques de Ricci estaban dejando grietas en su organización, y sus aliados más leales comenzaban a cuestionar la viabilidad de su liderazgo. Pero Alessia no era del tipo que se quebraba ante la presión. Cada golpe la hacía más fuerte, más peligrosa.

De pronto, Carla irrumpió en la oficina, su rostro pálido y su respiración entrecortada.

—Alessia, tienes que venir al almacén. Ahora. —Su tono no admitía discusión.

Sin una palabra, Alessia tomó su abrigo y siguió a Carla. La tensión entre ambas era palpable; los secretos que Carla había insinuado en los últimos días comenzaban a erosionar su confianza. Sin embargo, había algo en su urgencia que Alessia no podía ignorar.

Cuando llegaron al almacén, Alessia sintió una punzada en el pecho. El lugar estaba lleno de hombres armados, sus rostros oscuros por la intriga y la desconfianza. En el centro de la habitación, rodeado por las sombras, estaba Giovanni. Su hermano menor, a quien Alessia había llorado como muerto, ahora se encontraba frente a ella, vivo, y con una mirada que no lograba descifrar.

—Giovanni... —susurró Alessia, incrédula. Dio un paso adelante, pero se detuvo al notar que él alzaba la mano para detenerla.

—Hola, hermana. Lamento no haberte avisado antes de mi "resurrección". —Su tono era frío, distante.

Alessia lo estudió detenidamente. Su rostro estaba marcado por cicatrices nuevas, y sus ojos, que alguna vez reflejaron una alegría juvenil, ahora eran oscuros y calculadores. Este no era el mismo Giovanni que recordaba.

—¿Qué demonios está pasando aquí? Creí que estabas muerto. Nos hicieron creer que Ricci te había... —Alessia se detuvo, intentando mantener el control de su tono.

—Eso era lo que Ricci quería que creyeras. Pero no me mató. Me dio una oportunidad. Me mostró el precio de nuestra familia, el precio de tu ambición. —Giovanni caminó lentamente hacia ella, con una mezcla de resentimiento y desafío en sus palabras.

Alessia sintió cómo la furia se acumulaba en su interior. Las piezas comenzaron a encajar: Ricci había utilizado a Giovanni como una herramienta para desestabilizarla. Pero lo que más le dolía no era la manipulación de Ricci, sino que Giovanni hubiera elegido traicionarla.

—¿Qué te prometió Ricci? ¿Poder? ¿Dinero? ¿Un falso sentido de justicia? —Alessia apretó los puños.

—Me prometió la verdad. Me mostró cómo nuestro padre nos vendió a este mundo, cómo tu "imperio" no es más que una extensión de su corrupción. Tú no eres diferente, Alessia. Solo eres otra tirana que juega con la vida de los demás.

Carla intervino, su voz firme:
—Basta, Giovanni. No entiendes lo que Alessia ha sacrificado para protegerte, para protegernos a todos. No eres más que un peón en el juego de Ricci.

Pero Giovanni se serie con amargura.
—¿Protección? ¿A qué costo? Mírate, Carla. No eres más que una sombra de lo que eras antes. Alessia te consume igual que a todos los demás.

Alessia no pudo soportarlo más. Dio un paso adelante, acortando la distancia entre ellos.
—Si estás aquí para desafiarme, hazlo de una vez. Pero no uses excusas baratas para justificar tu cobardía.

Giovanni sonrió, pero era una sonrisa vacía.
—No estoy aquí para desafiarte. Estoy aquí para darte una advertencia. Ricci viene por todo, y yo... estaré a su lado.

Un silencio helado cayó sobre el almacén. Alessia sintió cómo su mundo se tambaleaba. Giovanni no solo la había traicionado; había elegido ser parte de su destrucción.