Recuerdo con continuación, serán aproximadamente tres caps con este relato. Un poquito de drama, aunque sea algo del pasado de Marie así que el desenlace ya se sabe.
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Aquel sábado de lluvia, el ambiente en casa de Marie estaba lleno de risas y calidez. Era uno de esos días de juegos familiares que tanto disfrutaban. En la sala, Carlos, Charles y Marie ahora de trece años, se habían reunido alrededor de la mesa para una de sus competencias favoritas de juegos de mesa. Esta vez, habían escogido un juego de estrategia y Charles con el ceño fruncido, parecía estar concentrado en una estrategia que aún no dominaba del todo. Marie y Carlos en cambio, estaban en su elemento riéndose cada vez que veían a Charles perder una ficha o tomar una mala decisión.
— ¡Esto es trampa! Estoy seguro de que están complotando en mi contra.— exclamó Charles con fingida indignación, moviendo las manos dramáticamente.
Marie soltó una carcajada y miró a su papá con complicidad.
— ¡Papá, no es nuestra culpa que no sepas usar las fichas! Tal vez te falta un poquito de práctica.— dijo en tono burlón.
Carlos, por su parte miró a Charles con una expresión de victoria.
— Vamos cariño, solo tienes que admitirlo. Marie y yo somos el mejor equipo de la historia.— comentó mientras le guiñaba el ojo a su hija.
Charles puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar sonreír.
— ¡Oh, ya veremos! Aún tengo una última carta bajo la manga.— dijo, tratando de recomponer su estrategia mientras Marie y Carlos compartían una sonrisa triunfante.
Justo en ese momento, el timbre sonó. Marie saltó de su asiento y se ofreció para abrir la puerta, pensando que sería la comida a domicilio que habían pedido.
— ¡Voy yo!.— exclamó para seguidamente tomar el dinero de la cartera de Carlos y pagarle al repartidor, sin más corrió hacia la puerta, mientras sus padres seguían con su cómica discusión sobre el juego.
— ¿Qué vas a hacer ahora mon ange?.— bromeó Carlos mientras reorganizaba las fichas en la mesa.
— No te confíes, cariño, que aún puedo dar la sorpresa.— respondió Charles, sin perder el humor.
Marie sonreía mientras escuchaba a sus padres desde la entrada, y al abrir la puerta, esperaba ver al repartidor. Sin embargo, su sonrisa se desvaneció al encontrarse con una pareja desconocida. El hombre y la mujer frente a ella tenían rostros extraños, con miradas que parecían mezclarse entre sorpresa y algo que Marie no pudo descifrar de inmediato.
— ¿Hola? ¿Quiénes son ustedes?.— preguntó Marie, tratando de entender quiénes eran esos desconocidos.
La mujer comenzó a sollozar de repente, y los ojos de Marie se llenaron de confusión. Antes de que pudiera reaccionar, la mujer se acercó con lágrimas en los ojos y extendió los brazos hacia ella.
— Mi pequeña Valentina.— susurró la mujer con voz temblorosa y en un gesto rápido, intentó abrazar a Marie.
Marie retrocedió, alarmada, sintiendo una extraña sensación de incomodidad y miedo.
— ¿Valentina? Yo no soy Valentina.— respondió, su voz temblando un poco.
No entendía por qué esta mujer desconocida intentaba abrazarla ni por qué la llamaba de ese modo. Sintió el miedo subir por su pecho y, en un grito instintivo, llamó a su papá.
— ¡Papá Carlos!.— Su voz temblaba y la sorpresa la dejó paralizada por un segundo. En cuestión de segundos, sus padres llegaron corriendo hacia la entrada, sus rostros transformados en una mezcla de preocupación y alarma al escuchar el grito lleno de miedo de Marie.
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❝𝐒𝐮𝐬𝐮𝐫𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐀𝐦𝐨𝐫❞
FanfictionMarie Sainz Leclerc era un nombre que resonaba con fuerza en el mundo del automovilismo. A sus dieciocho años, la joven piloto no solo llevaba en sus venas la pasión por las carreras, sino también el legado de dos de los nombres más aclamados de la...