Por algún motivo que desconocía, terminó por aceptar esa salida para hablar de "negocios", tal como lo había planteado el alfa.
No estaba de más decir que le entusiasmaba un poco, pero a su vez le daba pavor tener que salir con Guillermo, a sabiendas de que incluso un alfa tonto como él supo que esa salida no solo era de negocios; había algo más, algo que le carcomía de curiosidad por lo que fuera que Guillermo tenía que decirle pues, ese cambio de actitud no podia atribuirse a solo hablar de "negocios".
Supuso que todo era una fachada cuando, al ver a su padre entrar en la mansión gritando que había visto al omega apresurándose a salir, Guillermo le dijo que se había enojado, que ahora debía centrarse más en la empresa y no podía perder el tiempo con su omega caprichoso.
Bien jugado. El padre de Guillermo no negó nada, ni siquiera reprochó que esa noche tuvieran una "cena de negocios" entre su más confiable trabajador e hijo.
Y ahí estaba, sentado en una de las mesas más lujosas del restaurante más exclusivo de toda Karmaland. Al otro extremo de la mesa estaba Guillermo, viendo el menú y jugando con el poco líquido de vino blanco que quedaba de su copa, cortesía de la casa.
Rubén estaba muriéndose de nervios. Sabía desde el principio en qué mentira había caído, pero ya estando ahí, estaba muy asustado y arrepentido de aceptar. Seguramente su tía le diría algo similar a "date cuenta, amiga, ese hombre ya no es tuyo", pero inevitablemente no podía dejar de mirar cada aspecto de él.
Su forma de parpadear, sus dedos jugando con la copa, su mirada distraída sobre el menú... la manera en que su manzana de Adán subía cada vez que pasaba saliva.
Su apretada camisa dejaba al descubierto su trabajado cuerpo, y sus pestañas blancas, tan blancas como su cabello ligeramente desordenado después de un largo día de trabajo.
Guillermo era tan jodidamente hermoso, igual que la ultima vez que lo vio.
Tan hermoso como para merecer a un omega igual de hermoso como el que ahora lo seguía.
Eso lo hizo volver a la realidad. No debía caer, otra vez.
—Señor Díaz —se atrevió a decir Rubén, ganándose la atención de esos ojos jade—. Ya es muy tarde, su omega debe estar preocupado por usted y...muy solo—se atrevió a insinuar, fingiendo inocencia, como si no le diera gusto saber que ese omega estaba en algún lado mientras él estaba en un restaurante de lujo con su alfa.
Omega 0
Alfa 1Guillermo, al escuchar la mención del omega, notó que su mandíbula se tensaba ligeramente.
Claro, seguro recordaba que los había atrapado discutiendo sobre quién sabe qué.
—Es un omega que disfruta de su espacio personal—Mencionó son más para volver su mirada al menú.
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¡Cásate con mi prometido!
Fanfiction-Si lo busco, todo lo que hemos construido hasta hoy se derrumbará. No estoy dispuesto a perderlo. -Pues yo sí. Así que prepárate, porque volveremos a buscar a ese amado tuyo -El Omega levantó un dedo en señal de negación antes de que él pudiera rep...