𝒖𝒍𝒕𝒓𝒂𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 | ᴄᴇʀʏꜱᴇ ʜɪɢʜᴛᴏᴡᴇʀ

𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖔𝖈𝖍𝖔

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𝟭𝟯𝟮 𝗗.𝗖 𝗞𝗶𝗻𝗴'𝘀 𝗟𝗮𝗻𝗱𝗶𝗻𝗴

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La sala del Trono de Hierro estaba cargada de tensión, como si los mismísimos muros contuvieran la respiración. Otto Hightower, severo y majestuoso, se encontraba a escasos centímetros del trono, con la mirada fija en los nobles reunidos. Dio un paso adelante, su voz grave y solemne resonando por todo el salón:

"Aunque esta corte tiene la esperanza de que Lord Corlys Velaryon sobreviva, nos reunimos aquí para la amarga tarea de decidir la sucesión de Driftmark."

Una pausa medida llenó el aire, permitiendo que las palabras calaran en los presentes antes de continuar.

"Como Mano, hablo con la voz del rey en este y en todos los asuntos. Hoy, la corona escuchará las peticiones."

El eco de sus palabras aún flotaba cuando pronunció con firmeza:

"Ser Vaemond de la casa Velaryon."

Vaemond avanzó con paso firme, el crujir de su capa resonando en la sala. Al llegar al centro, se detuvo y, con una voz profunda, comenzó su alegato:

"La historia de nuestras casas va más allá de los Siete Reinos, hasta los días de la antigua Valyria."

Una pausa deliberada marcó su frase, dando peso a sus palabras. Sin embargo, cerca del fondo, Daena, con un brillo burlón en los ojos, inclinó ligeramente la cabeza hacia su hermano Maegor y susurró:

"Tan antigua como esa ropa."

La risita de ambos fue contenida, pero no lo suficiente como para no ser notada por quienes estaban cerca. Vaemond, ajeno a las burlas, continuó:

"Mientras la casa Targaryen ha gobernado los cielos, la casa Velaryon ha gobernado los mares."

El silencio que siguió fue aprovechado por el joven Gaemon, que susurró inquieto a sus hermanos:

"¿Dónde está mamá?"

Daena le contestó con un encogimiento de hombros y una mirada indiferente, mientras Maegor simplemente lo observaba en silencio.

"Mierda" murmuró Gaemon con frustración.

Vaemond, imperturbable, prosiguió:

"He pasado toda mi vida en Driftmark, defendiendo el trono de mi hermano. Soy el pariente más cercano de Lord Corlys, su propia sangre."

Su voz subió un tono, enfatizando sus siguientes palabras:

"La verdadera e implacable sangre de la casa Velaryon corre por mis venas."

Daena, incapaz de contenerse, soltó una carcajada que resonó en la sala, atrayendo las miradas de los presentes. Maegor la golpeó ligeramente en el hombro, susurrando:

"Controlate"

Rhaenyra rodó los ojos con exasperación ante la interrupción, enfocando su atención en Vaemond. Su voz cortó el aire como un cuchillo: