Bill

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El concurso se realizará en menos de quince minutos y no tenía mucho ánimo, pero habíamos pasado toda la mañana haciendo ensayos. Habían algunas cositas que debíamos cambiar por estar incumpliendo algunas reglas. Pero finalmente, hicimos una coreografía muy divertida y sensual. Aparte, era muy sencilla y corta. Solo la hicimos por participar, y yo, por complacer a mi bebé, que estaba muy emocionado por el premio. Santo cielos, si era una botella de vino, me enojaría muchísimo.

Atrás de bambalinas, me estaba retocando un poco el maquillaje. Miré mi reflejo y me vi diferente. Bueno, mi aspecto siempre fue delicado, pero opté por colocarme una peluca larga y de color rubio. Usé lentes de colores en mis ojos, mi vestuario en cuero negro y mis zapatos de tacón super altos. Aún viéndome en el espejo, Tom se acercó, abrazando mi cintura. Me vio fijamente y sostuvo mi brazo para presionar con sus dedos en un punto específico. Lo hizo por varios minutos hasta que se relajó.

—¿Ya?—

—Sí, lo siento. Estoy nervioso—

—Cada vez que tengas ansiedad, sabes que puedes hacerlo—

—Gracias—

—¿De qué?— Gire en sus brazos y pasé mis manos por su cuello

—Por hacer esto y por poner de tu parte para no terminar lo que tenemos—

—Yo debería darte las gracias. Si has estado receptivo a todo lo que Gustav planeó—

—¿Listo?— me preguntó cuando nos llamaron para comenzar nuestra coreografía. Asentí y tomó la silla para arrastrarla. Las cortinas se abrieron y siguió caminando con la silla hasta quedar frente al público, que lo ovacionó por estar tan guapo y por tener su pecho desnudo.

El sonido de la música comenzó y él se sentó, abriendo sus piernas con la imponencia que lo caracteriza. Colocó sus manos en su nuca y esperó. Yo, por mi parte, tomé el micrófono y, cuando llegó el momento, salí cantando las notas al compás de mis movimientos sexuales. Los tacones sonaban con cada paso que daba. Llegué lentamente a su lado, pero a una distancia considerable. Nos miramos un momento y seguí cantando desde allí.

Tom bajó su mano de la nuca e hizo un movimiento con ella para que me acercara. Así lo hice, sin dejar de cantar la letra que, por cierto, era de mi autoría. Al llegar a su lado, coloqué mi mano en su hombro y su mirada me recorrió de arriba a abajo. Ya me había visto antes, pero esa mirada era de deseo puro. Lo rodeé y quedé detrás, apoyando mis manos ahora en sus dos hombros. La música paró un momento y las luces del escenario se hicieron tenues.

La música empezó de nuevo y bajé con la palma de mi mano abierta. La pasé sobre su pecho y abdomen hasta el filo de su pantalón. Me levanté y lo rodeé, quedando del otro extremo. Me agaché de nuevo y juntamos nuestros labios en un beso limpio. Me levanté y quedé entre sus piernas, frente a frente. Alcé mi pierna sobre su regazo mientras él me abrazaba por la cintura, chupando mi abdomen. Los movimientos fueron coordinados. Cuando moví mi pelvis, me tomó de las caderas y me hizo girar para quedar frente al público, que cada vez eran gritos y ovación por nuestro espectáculo.

Me agaché, colocando mis manos en sus piernas, mientras él me guiaba aún con sus manos en mis caderas. Cuando quedé agachado, me abrazó por el pecho y se hundió en mi cuello para lamer y morder. Se alejó y se apoyó en el espaldar de la silla, con sus manos de nuevo en su nuca. Me arrodillé sin perder el hilo de la canción. Ahora sus manos estaban en mi cuello. Su mano hizo presión en mi espalda hasta que quedé en cuatro, con él detrás, moviendo su pelvis y restregando su miembro en mi trasero. Hizo unas leves embestidas y luego volvió a erguirse para colocar de nuevo sus manos en la nuca.

Me levanté y caminé, quedando frente al público, y con él detrás, terminé la coreografía. Los aplausos vinieron y nuestras sonrisas se ensancharon cuando no paraban de aplaudir. El veredicto fue claro y muy rápido: habíamos ganado. Aún con la euforia del momento, lo jalé hacia otro extremo del barco, un lugar solitario, donde nos comimos a besos lujuriosos. Un carraspeo nos hizo deshacer nuestro momento íntimo. Miramos en esa dirección y encontramos a Peter allí, más rojo que un tomate.

—¿Quieren el premio?— nos preguntó, y asentimos.

—Venga— nos indicó el camino y nos llevó a un lugar muy lejos de nuestras habitaciones. No detuvimos al frente de la puerta y leí que decía "Cuarto Rojo". Fruncí el ceño y miré a Tom, que estaba encantado leyendo ese papel.

—¿Es esto lo que creo que es?— preguntó.

—Sí... el Cuarto Rojo— respondió Peter.

—¿Qué es el Cuarto Rojo?— pregunté, pero ninguno me respondió.

—¿Tiene todo como en la película?— preguntó Tom de nuevo sonriendo.

—Todo— contestó Peter.

—¿De qué película hablan?— pregunté, pero me siguieron ignorando.

Peter le dio la tarjeta de acceso y nos comunicó que mañana vendría por nosotros. Tom asintió efusivo, mientras que yo no entendía nada. Con la tarjeta en mano, la deslizó sobre la entrada y la puerta se abrió antes de que Tom la empujara.

Me paré frente a él, dándole la espalda hacia adentro.

—¿Qué es el Cuarto Rojo?— pregunté indignado.

—Si te quitas lo sabrás— dijo Tom, abriendo la puerta y empujándome hacia adentro. Un zape en mis nalgas me hizo entrar, y conmigo se encendió la luz. Miré expectante todo lo que allí colgaba y me reí.

—¿Por qué estamos en el cuarto de herramientas?— pregunté.

—Si hubieras visto la película conmigo, entenderías lo que va a suceder aquí— dijo Tom, haciendo que retrocediera hasta caer en la cama.

—¿Qué va a suceder?— intenté levantarme, sin embargo, no pude porque me esposó a la baranda de la cama.

—¿Sabes lo que significa BDSM?— preguntó.

—No— mentí. Obviamente sabía, pero realmente estaba muy nervioso.

—Son unas siglas: Bondage, Disciplina— caminó hasta un cajón y sacó un collar de cuero. Lo observé un momento y siguió explicando.

—Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo— llegó hasta mí y lo colocó en mi cuello.

—Demasiado sexi— expresó sonriendo y se perdió en la otra habitación.

—Demasiado sexi— expresó sonriendo y se perdió en la otra habitación

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La canción se llama One of Your Girls de Troye Sivan.

La coreografía es uno de sus conciertos.
Solo copie cuando baila con su bailarín.

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𝑵𝒐 𝑷𝒖𝒆𝒅𝒐 𝑫𝒆𝒋𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑰𝒓  [TwcNr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora