Capítulo 10: La fijación de Seojun

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Seojun caminaba por las calles de Seúl, con la mirada perdida y las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta. La ciudad se extendía ante él, inmensa y caótica, como si cada esquina lo desafiara a encontrar a TN en medio de la multitud. Su mente era un remolino de pensamientos oscuros, pero uno en particular se mantenía constante: encontrarla. No podía dejar que desapareciera de su vida, no después de todo lo que había sucedido entre ellos.
Había pasado semanas buscando en vano. Cada rincón de la ciudad parecía más grande, cada intento de rastrearla lo llevaba a callejones sin salida. La última vez que la había visto había sido en una casualidad absurda, pero no había tenido la oportunidad de hablarle. Solo su presencia, su simple imagen, había sido suficiente para desatar en él una necesidad obsesiva de volver a controlarla, de poseer lo que una vez fue suyo.
La nostalgia lo invadía cada vez que pensaba en ella. Los poemas que le había robado eran los únicos rastros de su esencia que le quedaban. Se los llevaba consigo, releía cada palabra, y de alguna manera sentía que ella aún estaba cerca. Pero ya no era suficiente. Necesitaba más. Necesitaba tenerla a ella.
-¿Dónde estás, TN? -murmuró para sí mismo mientras caminaba por una avenida concurrida.
Las luces de la ciudad brillaban a su alrededor, pero para él, Seúl se había convertido en una prisión sin salida. Sabía que TN había cambiado de residencia, que ya no estaba en su antiguo departamento, pero no tenía pistas sobre su nuevo paradero. Había intentado buscarla en redes sociales, preguntar a conocidos comunes, pero todos los caminos parecían cerrados.
Seojun apretó los dientes con frustración. Sabía que había cometido errores, que había llevado la situación demasiado lejos. Pero en su mente, todo lo que había hecho era para mantener a TN cerca de él. No soportaba la idea de que ella pudiera seguir adelante, especialmente si era con alguien más. La simple posibilidad de que TN estuviera feliz sin él lo enloquecía.
Se detuvo en una esquina, mirando cómo la gente pasaba a su alrededor, indiferente a su presencia. Era solo un hombre más en medio de la multitud, pero en su cabeza, era un hombre con una misión. Tenía que encontrarla. No podía permitirse fracasar.
-Seúl es grande, pero no imposible -murmuró para sí mismo, tratando de convencerse.
Había escuchado rumores de que TN estaba cerca de su primo, Jungkook, uno de los miembros de BTS. Al principio, había pensado que eran solo habladurías, pero cuanto más investigaba, más empezaba a creer que podía ser verdad. Y si TN estaba cerca de Jungkook, entonces no iba a ser fácil acercarse a ella.
Seojun no conocía personalmente a Jungkook, pero sabía lo suficiente como para entender que era alguien con poder y recursos. No sería tan sencillo merodear cerca de él sin ser descubierto. Aún así, estaba dispuesto a correr el riesgo. Si TN estaba bajo su protección, tendría que encontrar una manera de acercarse a ambos sin levantar sospechas.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio un cartel publicitario con los rostros de BTS. Los reconoció al instante. Ellos eran famosos, pero para él, uno en particular ahora representaba un obstáculo en su camino hacia TN.
-Jungkook... -murmuró entre dientes, apretando los puños.
La idea de que TN estuviera cerca de ellos lo llenaba de celos y resentimiento. ¿Cómo podía haber caído en un círculo tan protegido? ¿Cómo podría él, un hombre común, luchar contra algo tan inalcanzable? Pero eso solo lo motivaba más. Si TN estaba con ellos, no importaba. Tenía que encontrar una forma de llegar a ella.
Seojun sacó su teléfono y comenzó a buscar información sobre los lugares donde los miembros de BTS solían frecuentar. Sabía que esto no sería fácil, pero era persistente. Podía pasar días o semanas buscando, pero no iba a detenerse. Ya lo había perdido todo una vez, y no estaba dispuesto a perderla de nuevo.
-Pronto... pronto te encontraré -susurró, guardando el teléfono en su bolsillo.
Se alejó de la esquina, decidido a seguir su búsqueda. No sabía cuánto tiempo le llevaría, pero una cosa era segura: Seojun no iba a rendirse hasta tener a TN nuevamente en sus manos, sin importar el costo.

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