¿Mí mejor amigo? [ Silvex]

24)

— ¿Vas a irte?— preguntó Flex que estaba quedándose dormido.

Acaricié sus cabellos y bese su frente.

— No, estaré abajo con las chicas un rato, luego si iré a mí casa para descansar — asegure y Flex me sonrió.

— Te extrañaba — confesó y le sonreí—¿Tú a mí?— Cuestionó y acaricie su mejilla.

— También — asegure y Flex jugó con sus manos.

—¿Por qué Muzi y tú terminaron?— Susurró y palidecí.

Se me había olvidado por un momento que Muzi había jugado con mis sentimientos al aceptarme y dejarme a los dos días.

Supongo fue mi culpa por insistirle.

— porque las personas terminan — expliqué y Flex sonrió.

— Yo no te terminaría nunca — aseguró y solo le tape los ojos con mi mano.

— Duérmete — Flex se acomodo y yo caminé saliendo de la habitación para bajar y ver a Lin leyendo un libro y anotando algunas cosas en una libreta.

—¿Y Roxy?— pregunté sentándome a su lado.

— Se fue a tu casa, tu madre te llamo así que ella fue para que durmieras a Flex — dijo y le dí una sonrisa para apretar su mejilla.

— ¿Al fin aceptas que soy mejor niñero que tú?— cuestione burlón.

No lo soy, no creo que Lin se haya acostado con Flex y le haya quitado su inocencia y ahora no sepa que hacer.

— Eso jamás — dijo quitando mi mano de su mejilla — Vete ya, grandote tengo que terminar el plan para mañana con mis alumnos y también mis tareas— dijo y me senté a su lado tomando los papeles.

— Es fácil, te ayudo si quieres así puedes dormirte más temprano, confío en Roxy — dije y Lin sonrió con dulzura.

— Va, ayúdame, de todos modos piensas como un niño de prescolar — bromeó y reí.

Tome las hojas para irla ayudando a pintar mientras Lin se recostaba de mí para leer su libro.

— Eres una descarada, enana — confesé y Lin me saco el dedo de enmedio — No me enseñes que le haces a tu novia, todavía no estoy listo para eso, vamos más despacio — bromeé y Lin me dió un golpe así que reí.

— Es que eres una bonita chiquilla, mí tipo por completo, tetona, morena y de ojos azules, pero las prefiero que sepan cocinar y me laven la ropa, vete a buscar otro esposo — dijo y reímos.

Lin se frotó contra mí espalda para acomodarse y le dí más comodidad acostandola en mis piernas mientras yo dibujaba.

(***)

Miraba mi celular leyendo los mensajes de mis compañeros de la universidad hablando pura pendejada.

Incluso yo con mí cerebro poco oxigenado y trastornos mentales sé que un trabajo escrito en PDF se hace en computadora.

Miré a Muzi y Flex que perseguían un perro hasta que lo atraparon y Flex lo comenzó a alimentar.

Muzi volteo a verme y me saludó con la mano y le saludé de vuelta.

— ¿No crees que están un poco grandes para estar aquí?— preguntó una mamá sentándose a mi lado.

Miré a Flex que estaba tomándole fotos al perrito y Muzi a Flex.

Me sorprende como Muzi ni siquiera sabe disimular y Flex ni le interesa.

— No están en los juegos, solo están jugando con un perro — me excusé y la señora soltó a su niña que fue corriendo al tobogán.

— Solo digo que no es un parque para niñitos especiales, ese está en la esquina, son salvajes y muy grandes¿Y si lastiman a alguien?— preguntó ella y ví a Muzi que acariciaba los pétalos de una flor y a Flex que se había subido a su patineta para correr junto al perro.

— Salvaje es usted que parece ser familia de Pedro picapiedras — me levanté y me acerque para tomar a Muzi de la muñeca y caminar hacia Flex — Nos vamos— avisé y Flex se quejó.

Caminé con ellos molesto.

No quiero que Muzi y Flex sufran lo mismo que yo.

No podría tolerarlo.

Yo no quiero que ellos tengan que soportar ser separados del resto por ser "enfermos" yo no estoy enfermo, soy normal.

Solo tengo una condición mental, eso no me hace más especial, más peligroso o menos inteligente y valioso que una persona neuronormativa.

— ¿Por qué no caminas?— le pregunté a Flex que se había quedado quieto.

Flex miro atrás y luego a sus pies.

— Pensé que ví a mí papá, pero no importa — aseguro y comenzó a caminar adelante.

Voltee para efectivamente ver al padre de Flex que estaba comprándole un helado a una bebé junto a una mujer…la madrastra de Flex.

Oh…

—¿Lo quieres saludar?— le pregunté y Flex me observó.

Él soltó la patineta y salió corriendo hacia su padre para abrazarlo.

El señor lo vió unos segundos y lo "abrazó" para alejarlo casi enseguida.

Por la lejanía no escuchaba la conversación pero Flex se veía nervioso mientras hablaba con su papá pero tenía una sonrisa en sus labios.

— Silvio — me llamo Muzi y lo observé — ¿Esto es grave?— preguntó mostrándome su pierna que tenía el tobillo sangrando.

Me arrodille para revisar la herida y darme cuenta que solo era una cortada.

— No, es un poco profunda pero si la desinfectamos y le ponemos una bandita apuesto a que se cura — asegure para bajarle un poco la calceta y su zapato y envolver una gasa que tenía en el bolso.

Terminé y Muzi sonrió para acomodarse.

—¿Con que te cortaste?— pregunté levantándome y Muzi jugo con su cabello.

— Con una piedra— respondió y acomode su mochila.

Ví a Flex que se acercaba nuevamente con ojos llorosos y tomo su patineta para irse adelante.

—¿Que paso?— pregunté y Flex limpio sus lágrimas para seguir caminando adelante.

Suspiré y lo seguí hasta casa de Muzi dónde él se fue y yo seguí a Flex hasta su casa.

—¿Que paso?— volví a preguntarle abriendo la puerta.

Entramos y Flex lanzo la patineta y se quitó molesto la gorra y su mochila junto a la chamarra.

— ¿Por qué mi papá no me ama?— preguntó sollozando y lo abrace así que Flex rompió en llanto — No es justo ¿Por qué a mis hermanos mayores los quiere y a mí no?¿Por qué quiere a esa niña tonta más que a mí?¡Yo si soy su hijo biológico!— sollozó y mi pecho se comprimió.
Si
Flex lloro en mí hombro y pensé que decir.

— Flex ¿Recuerdas que te dije que nunca me interesó saber de mí papá?— pregunté y Flex me miró a los ojos así que limpie sus lágrimas— Lo intente conocer…tuvo otra hija y simplemente me di cuenta yo no le importaba, cuando no le importas a las personas no puedes hacer nada — susurré y Flex soltó su llanto.

— Pero tú me quieres ¿Verdad?¿Yo sí te importo?¿Tú…estás orgulloso de mí?— preguntó ansioso y suspiré con lastima para besar su frente.

— Lo estoy y estoy seguro que serás un hombre increíble algún día — confesé y Flex sonrió.

Él se subió en mis piernas y me lanzó al sofá.

Me besó a la fuerza y correspondí sintiéndome derrotado.

— ¿No quieres que sea tu hombre?— preguntó y suspiré al sentirlo en esa zona tan vulnerable para mí— Seré tu novio y cuando sea mayor de edad seré todo tuyo, podrás hacer conmigo lo que tú quieras— aseguró y cerré mis ojos.

Maldita sea, Flex.