Capitulo 1

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Lucia Sanders

Dar vueltas en el suelo sin poder conciliar el sueño, se había vuelto mi rutina desde hace unos meses. El estrés se estaba volviendo mi peor enemigo, dormía poco, comía lo necesario y por necesario me refiero a beber café y una galleta en algún momento del día, me sentía atrapada en un hoyo sin salida. Como era posible que todo lo que intentaba para poder salir adelante salía tan mal.

Todo era un caos, la universidad, el trabajo, el tiempo, las deudas que cada día se hacienda más grandes, mi vida no era vida.

Decidí levantarme aún no salía el sol, pero al parecer ver mi zapato tirado en el suelo era más interesante que intentar dormir, el apartamento era horrible solo tenía una habitación, un baño y una pequeña cocina que si no tenía cuidado podía incendiar el lugar, era un asco pero fue lo único que pude conseguir con el poco dinero que tenia, no se cuanto tiempo pasó pero algo me decía que hoy no sería mi día y sin duda no me equivoqué, Louis mi gata y mi única compañía no estaba conmigo, me levanté nerviosa, la llame varias veces pero en ningún llamado apareció, finalmente la encontré en la puerta del baño sus ojos estaba ausentes y su pequeño cuerpo estaba helado.

-Louis, Lou ven aquí cariño, vamos- me apresuré a tomarla y abrigarla.

Eran las 4:30 AM, no sabía dónde iba a conseguir una veterinaria abierta y mucho menos con qué dinero iba a pagar pero si tenia que vender el sofá en el que dormía no iba a dejar que muriera, era lo único que me quedaba.

Salí corriendo con ella en mi brazos, me dolía respirar pero sabía que tenía que salvarla. 

Después que lo parecieron horas finalmente pude encontrar algo era un lugar igual de deplorable que el barrio donde vivía, incluso hasta podría decir que era una veterinaria clandestina o algo así, que se supone que hacían aquí ¿curar animales o traficarlos?.

En recepción estaba una señora de unos 50 años con cara de pocos amigo, un perro Pitbull con rabia se veía más amigable que este mujer.

-Hola, disculpa la hora pero...- me interrumpió la señora pitbull

-Niña no hacemos donaciones y mucho menos obras de caridad, atendemos desde las 8 AM, ahora sal de aquí- dijo con un tono de voz que solo le faltó decir ¡muérete!

Abrí mis ojos en grandes y no tuve más opción que aguantar las ganas de llorar

-Solo quiero que atienda a mi gatita, está muy mal, pagaré lo que sea- dije aún sabiendo que salí tan deprisa que ni mi celular pude traer conmigo.

-permite dudarlo, ¿tienes efectivo niña, con que vas a pagar- dijo viéndome de mala gana.

Sabía que tenía razón, pero que opción tenía Louis era lo único que tenía desde hace 6 años y no quiera perderla no a ella.

-Te daré esto y el resto puedo dártelo en unos días- dije desprendiendo la alianza de oro de mi dedo, era muy valiosa para mí pues llevaba ese anillo conmigo desde que tenía 6 años, era de mí madre.

-Bien, pero no será nada barato. Espera aquí - dijo y le entrega a Louis

Mientras esperaba comencé analizar mi vida. Tengo 22 años y estudio arquitectura me atrase un año ya que no pude pagar la colegiatura y gracias a mis excelentes notas pude seguir estudiando obteniendo media beca. Desde que tengo 16 he trabajado desde niñera, mesera, limpiando coches y mi actual trabajo haciendo postres en una panadería todo ese esfuerzo para poder pagar mis estudios, comida y el funeral de mi madre, llevo una vida miserable pero......

-Aquí tienes, ella va a estar bien tiene un infección  solo tienes que comprar esto- dice extendiendo una receta con los medicamentos, dirijo mis ojos al final de la hoja 500$ que.....

-Dice aquí 500 dólares, que le distes, elixir de la piedra filosofal para que no muera o que- me sentía indignada es verdad que dije que pagaría lo que fuera pero no pensé que tanto.

-Mira niña te dije que no hacemos obra de caridad  o me pagas o yo misma la mando a conocer a tus ancestros- dijo y en verdad que esta que mujer enserio da miedo

-Bien solo dame...- tome a Louis que estaba a un dormída y un 2 por mi, salí corriendo del lugar como si en verdad amara mi vida, solo podía oír una docena de insultos pero no me iba a detener.

Cuando llegué al apartamento decidí quedarme con Louis hoy no iría a la universidad y tampoco a trabajar.

Tenía que conseguir otro trabajo, yo como pueda pero Lou tendrá lo mejor.

Entre planos y suspirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora