Capitulo 11

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Lucia Sanders

La casa de Alexa era impresionante nada comparado al apartamento de 2x2 en el que yo vivía, todo estaba decorado a la perfección, cada detalle, color u objeto estaba en un punto específico.

-Señorita Sanders bienvenida a mi humilde hogar, quiere que le de un recorrido?-asentí en respuesta, si para Alexa esto era un humilde hogar, donde vivía yo que era- Ven conmigo-me tomó de la mano y comenzamos el recorrido, me mostró la cocina que tenía el doble de espacio que una convencional para poder cocinar a gusto, el patio trasero que tenía una pequeña piscina para pasar el rato, el living con un televisor que parecía cine, un estudio pequeño y cuando llegamos a la biblioteca algo llamó mi atención.

-Tocas- pregunté haciendo referencia al piano que se encontraba en la esquina junto al ventanal que dejaba ver hacia la piscina.

-No, ya estaba cuando adquirí la casa, no sé qué tiene pero me gusta-ambos nos acercamos al instrumento-Tu sabes tocar?-pregunto

-Un poco, quizás algunas notas, otro día puedo tocar algo para ti-dije imaginando el momento, claro que se tocar pero no quería que me lo pidiera, quiero tocar algo para ella pero tiene que ser especial.

-Me encantaría escucharte-dijo tomándome nuevamente de la mano llevándome a lo que supuse era su habitación.

-Estás cansada verdad? tus ojos se volvieron más pequeños- dijo dándome un pequeño beso en la frente.

-Si un poco, muchas emociones para un día, no crees- sonreí

-En definitiva, déjame buscar algo para ti, en el baño puedes encontrar lo que necesites para tu aseo personal-dijo apuntando hacia la puerta del mismo.

Lave mi cara, mis dientes e hice un análisis rápido de su baño, esta mujer tenía como 10 envases para el lavado capilar se aplicaba todo eso.
Hice una nota mental sobre investigar el cuidado del cabello y el rostro. Al salir me topé con Alexa en unos pequeños pantaloncillos para dormir que dejaban ver mucho sus largas y torneadas piernas, una camisa de tirantes sencillas sin sostén que enmarcaban sus redondo y firmes pechos, lo hizo a propósito.

¡Lucia, necesitas respirar para sobrevivir!, me dije a mí misma abofeteándome mentalmente, sentí la sangre subir a mis mejillas. Tengo que mantenerme sereno para no caer en la locura.

-Lucia, estás bien?-preguntó sonriendo de manera coqueta, como iba a estar bien si sentí que me iba a dar un infarto.

-si..si..estoy bien..mmm me prestas algo de ropa..por favor-dije sin apartar mi vista de sus perfectos pechos.

-Claro, ten esto- me entregó una pijama y una camiseta larga ¡claro! que yo no muestre nada, mientras ella me deja sin palabras- iré por agua, enseguida regreso-dijo saliendo de la habitación, dándome privacidad.

Luego de unos minutos apareció con una jarra con agua.

-Ven, acuéstate yo también estoy cansada y ya es tarde, Buenas noches señorita Sanders-dijo dándome un beso en la cabeza.

-Buenas noches Arquitecta Howard-fue mi turno me acerqué lentamente a sus labios en plena oscuridad, dándole un beso lento cargado de ternura. que bien se siente estar en sus brazos.

A la mañana siguiente desperté sintiéndome extrañamente bien, había descansado como hace mucho no lo hacía, no sentía estrés, ni preocupación, solo paz mucha paz dentro de mí. Despertar primero me dio un privilegio, ver a la razón de dicho sentimiento profundamente dormida, si la perfección tenía un nombre era Alexa Howard. Una alarma comenzó a sonar, qué fastidio son las alarmas de iPhone, Alexa se removió de la cama, acercando su rostro a mi cuello y su brazo al rededor de mi cintura haciendo presión.

-No quiero ir a trabajar- soy muy joven para morir pensé, pero escuchar su voz ronca y adormitada era extremadamente sexy y sensual, además de sentir su respiración tan cerca.....¡Dios soy yo de nuevo!

-Debemos ir y yo tengo que ir a mi apartamento por algo de ropa, así que arriba- dije sonriendo por como negada aún con su rostro en mi cuello.

-Te prestaré algo que no he utilizado, pero por favor 5 minutos más- ya lo dije y lo sostengo cómo podría decirle NO a esta mujer. La atraje más a mí haciendo que su cuerpo quedara casi encima del mío.

Minutos después y luego de tantas negaciones por parte de la Arquitecta partimos hacia la empresa, habíamos quedado en vernos luego del trabajo ya que ella tenía que reunirse con su padre y los socios para hablar sobre el nuevo contrato, mientras yo hacía los cambio que el señor Cooper ordenó.

Entre planos y suspirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora