Capítulo 14

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Alexa Howard

Escuchar por todo lo que había pasado Lucía me partía el alma, perder a su hermano y su madre con tan solo 15 años, nadie debería de pasar por algo así y saber que ella lo hizo sola hace mi corazón se encoja, haré lo que sea por protegerla y que ella esté bien.

Tenía muchas preguntas aún, pero sabía que no era el momento, comenzó a tener espasmos por el llanto, le estaba costando respirar y verla así solo me hacía pensar en esa niña que seguramente había llorado el doble de que lo hacía ahora.

-Cariño ven conmigo-dije levantando su rostro, los ojos que tanto me encantaban están rojos e inflamados y su maquillaje hecho un desastre-Vamos a la cama si- no puso resistencia solo se levantó y subimos a mi habitación- aquí tienes-  volví a prestarle ropa para que durmiera- solo iré apagar la luces ya vuelvo-dije dándole un beso en la frente y ella solo asintió.

Baje y recogí los platos que aún estaban en la mesa, abrí una de las bolsas buscando la comida para el gato y lo dejé comer un poco para luego volver por el, apagué todas las luces y revisé las puertas. Tome el bolso que ella había traído supongo que con ropa, al subir nuevamente Lucía estaba en el borde de la cama con su pijama puesta esperándome.

-Mira a quien traje-dije dejando a la bola de pelo que inmediatamente subió a la cama y se colocó entre sus piernas, que daría yo por ser ese gato, ¡REACCIONA IDIOTA! no puedes pensar cosas así y menos ahora, me di una gran abofeteada mental.

Fui al baño a ponerme mi pijama y poder acostarme con ella, una vez en la cama la tomé para que estuviera cerca y poder hacerle mimos en su cabello, luego de unos largos minutos pensé que se había dormido pero no fue así.

-Alexa estás dormida?- preguntó

-No, tú no puedes dormir?-sabía la respuesta, seguramente recordar todo lo que vivió era más difícil de lo que yo creía.

-Cuéntame algo sobre ti- pidió

-Bien, yo soy adoptada, tenía 4 años cuando Alejandro y Mónica decidieron que fuera parte de su familia, fue el día más feliz de mi vida, al llegar a casa tenía a una hermana mayor esperándome se llama Manuela, espera a que la conozca es como ver a Alexander en versión mujer, mi padre y mi madre me dieron el amor que mis padres biológicos me negaron, a medida que iba creciendo descubrí la pasión por la arquitectura y eso me unió más a papá, Manuela es abogada, ella y mi madre dirigen un prestigioso bufete y viven fuera del país por eso las veo poco pero sin importar la distancia el amor que todos nos tenemos es inmenso.

-Eso suena lindo, ¿Tienes recuerdos del orfanato donde estuviste?.

-No, era muy pequeña, recuerdo algunas cosas vagas como las habitaciones o la sala de juegos, pero nada concreto-dije -Mi dulce Lucía, hay que dormir un poco si- la atraje más a mi cuerpo, eran muchas emociones para una sola noche y Morfeo tenía que ganar esta batalla.

A la mañana siguiente despierte primero, esa mi momento de contemplarla, Lucía era preciosa poseía una piel tez blanca adornada por pequeñas manchitas rosas eran pocas pero sabía que eran pequeñas espinilla, sus pestañas eran largas y sus cejas oscuras, su nariz era perfecta en simetría con su rostro y sus labios gruesos y rosado eran el pecado puro, no quiero despertarla pero llegaríamos tarde y ella tenía que ir a la oficina de papá.

-Cariño despierta-dije tocando suavemente su mejilla- Vamos tenemos que irnos, despierta.

Una vez comenzó abrir sus ojos me arrepentí, se notaba que había llorado mucho y sus ojos seguían inflamados.

-No tienes que ir si no quieres, podemos decir que se te presento algo- propuse

-No, solo necesito un baño y estaré como nueva- me regaló un intento de sonrisa que no me dejó para nada tranquila.

Una vez ya lista ambas nos fuimos directos a la empresa, hoy llegaría la nueva ama de llaves y dejé instrucciones de guardar todo lo de las bolsas y estar pendiente del gato, cuando llegamos mi asistente llegó recordándome una reunión con los obreros que trabajarían en la contracción del hotel. Lucía por su parte se fue a la oficina de mi padre.

-Mary-llame a mi asistente-cancela mi agenda por hoy, después de la reunión me iré-me miro extrañada, yo no era de las que abandonaba el trabajo, pero había un motivo y haría lo que fuera por ese mismo.

-Está bien señorita, con su permiso- dijo saliendo de mi oficina-Mary algo más, tómate el resto del día- asintió sonriendo en respuesta.

Tenía que darme prisa e ir por Lucía, quería pasar el día con ella.

Entre planos y suspirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora