Capítulo 7

36 3 0
                                    

- Ha, porque tenía algo planeado para esta tarde contigo y con Peter, pero veo que no puedes- dice y provoca una sensación de curiosidad.

- ¿De qué hablas?- le digo algo enojada y curiosa nuevamente.

-No te lo podré decir, a menos que aceptes- me dice con una mirada algo sospechosa.

-Bueno está bien, pero si me llaman la atención en el colegio tú serás quien tenga la culpa- digo señalándole el cuerpo.

-Bueno Taira, ¿de que plan hablas?- digo mientras piensa en que decirme, Taira a veces tiene buenas ideas, mientras que otras no, me preocupa que haga cualquier locura. Ya lo ya hecho una vez, por su culpa llegué casi dormida al trabajo. Y me descontaron dinero de lo que me debían pagar.

Taira me mira, rapidamente capta el mensaje que indica mi cara.

-Esta vez será algo tranquilo- dice mientras mi expresión cambia radicalmente.

-¿Cine?- digo mientras pongo los ojos en blanco. Ya tuve una experiencia en el cine con taira, y no fue la mejor que digamos, aún recuerdo la bluza que tanto amaba, quedo cubierta de gaseosa.

-¡Taira, ni lo pienses!,¿ no recuerdas la ultima vez?-

-Bueno, no fue para tanto- rie mientras mis mejillas explotan de rojo.

-¡No fue para tanto!, solo gasté medio sueldo en comprarme esa bluza y lo sabes, espera un momento... ¿Cómo conoces a Peter?- digo mientras la veo directo a los ojos.

- El internet existe, ¿sabes? Es algo que te puede conectar a las personas sin necesidad de verlas- entonces, esa ultima frase, me retumba, y recuerdo que no lo contacté.

-Mi propio enamorado no tiene mi numero- digo mientras le entrego mi teléfono.

-¿Que hago con tu teléfono? -mientras lo recibe.

-Llamalo y dile que saldremos este viernes-

-¿Y si me pregunta quien soy ? ¿Qué hago?-

- Dirás que lo llamaste desde mi teléfono, esto no puede salir mal-

Confio en Taira, siempre me saca de apuros, lo cual es bueno ya que yo soy muy tímida, aunque mi carrera me ha llevado a ser menos tímida, hablar frente a tantos niños todo el tiempo agota.

Para cuando Taira a terminado de hablar con Peter, quedamos en salir.

-Taira, ¿con quien iras?- le digo tranquila después de esa llamada.

-Con Alex, supongo, no lo sé el tal vez esté ocupado, pero le preguntaré- Taira se algo agotada, decido invitarle un café.

Después de una larga charla y de terminar el café, llega un auto, a el departamento, ni siquiera me fijo en quien sea, pero mañana debo ir al trabajo y debo descansar, entonces un hombre toca la puerta.

-¿Quién es?- pregunto mientras Taira se levanta de la mesa, se dirije a la puerta.

Al abrirla veo a un chico alto, de tez morena que abraza a Taira, debo suponer que es Alex, de quien se pasó hablando mientras tomabamos el café. Taira voltea a mirarme:

-El es Alex, mi enamorado- me dice Taira muy emocionada.

-Un gusto- le digo saludandolo.

-Amiga creo que debo irme- dice Taira mientras se despide.

Entonces no se que hacer, es domingo y odio los domingos, puede que suene algo irónico pero es cierto, el domingo es el peor día, fue el día en el que murió mi madre. Aún recuerdo ese día, estaba nublado y mi padre me quería llevar a visitar a mi madre, ya que no la veía hace tiempo, ella estaba en el hospital, padecía de cáncer de mama. Me vestí con un vestido verde agua, que me compró mi padre para mi cumpleños, estaba emocionada, después de dos meses la podría ver, entonces llegamos, el hospital estaba vacío, algunos cuartos con pacientes que también compartían la misma enfermedad. En la habitación, estaba mi madre, conectada a muchos aparatos, casi pálida, luchando contra el cáncer, la sostuve de la mano y le dije:

-¿Cómo estas?-

-Bien- dijo una voz que apenas pude oír.

- Tengo muy buenas calificaciones- su sonrisa fue lo mejor de ese domingo.

Empezó a toser, y a botar sangre por la boca, era una úlcera, sería la última vez que la vea, la tome de la mano lo mas fuerte que pude, pero no basto para empezar a llorar mientras mi padre pedía ayuda. Ella estaba ahí tratando de sobrellevar todo, siempre sonriente. Estiró su brazo cerca de la mesita que se encontraba cerca de ella, abrió el cajón con mucho esfuerzo, y sacó un collar un dije con un gato de oro y me dijo mirándome fijamente.

-Quisiera poder quedarme contigo, pero mi misión ya la cumplí, ten esto- me dice.

Señorita MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora