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NO DESPEGÓ LOS OJOS DE AXEL mientras lo veía subir al tatami junto a Robby. Sus rostros reflejaban que aquella pelea no era solo un simple combate, sino algo más profundo. Pero no lograba identificar qué.
La seriedad en la mirada de Axel la hizo preocuparse por el bienestar de Robby. Ahora no había reglas, y no dudaba que Axel seguiría las órdenes de su sensei, sea cual sea.
—¡Pelea!
Cuando el árbitro dio la señal, Robby atacó primero, pero Axel retrocedió, su mirada calculadora, como si evaluara cada movimiento. Esquivó los golpes con precisión antes de rodearlo.
Axel se agachó ágilmente para esquivar una patada y parecía que, para él, aquello era solo un juego de niños. Robby apenas lograba rozarlo. Cuando estuvo a punto de tirarlo al suelo, Robby se sostuvo con ambas manos y dio una rueda para mantenerse en pie.
Su defensa era impecable, y Robby Keene parecía incapaz de superarla.
Cuando intentó una patada por detrás, Axel levantó los brazos, bloqueando el golpe con facilidad, y su oponente casi cayó al suelo por el impacto.
—¡Axel!
El llamado del sensei Wolf rompió el ritmo. Mara no alcanzó a escuchar las palabras, pero supuso que le ordenaba atacar, ya que Axel pasó de la defensa a la ofensiva con una intensidad impresionante.
—¡Punto!
La precisión de sus ataques era increíble, aunque peligrosa.
—¡Punto!
El golpe en la mandíbula de Robby fue tan fuerte que escupió sangre. Fue en ese momento en el que Mara empezó a preocuparse.
—¡Defensa, Robby! —Daniel LaRusso gritó desde el otro lado.
La pelea continuó. Robby no lograba marcar ningún punto, y llegó un momento en que Axel lo atrapó de ambos brazos, inmovilizándolo justo enfrente de Mara.
—¿Te seguirás defendiendo o vas a pelear?
Mara se sobresaltó cuando Axel lanzó a Robby hacia su dirección, pero eso le dio a Kwon la oportunidad perfecta para golpear su costado.
—¡Oye! —Miguel reaccionó rápidamente, acercándose mientras todos exclamaban ante el golpe adicional de Kwon.
Axel empujó a Miguel con fuerza, derribándolo.
—¿Qué haces?
—¿Qué es esto?
Los compañeros de ambos equipos se acercaron, cautelosos, sin saber qué esperar.
—Buen golpe bajo —dijo Robby, acercándose a Kwon con una sonrisa desafiante—. Hazlo de nuevo.
—¿Axel? —Mara lo llamó con cautela, notando su enfado. Axel la miró rápidamente, mientras Miguel se levantaba y retrocedía.
