-Capitulo 9-

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Había un chico parado en medio del lugar observando el cielo, la luz de la Luna lo alumbraba haciéndolo parecer que brillaba. Cada pequeña facción de su rostro, por más pequeña que fuera era perfecta, su cabello, su cuerpo, todo en el parecía irradiar perfección.

Me quedé embobada observandolo pero en un moviento de mi pié hice crujir una rama, logrando así captar la atención de ese hermoso chico.

–¿Que haces aquí?– preguntó como si me conociera de toda la vida. Dios su voz es perfecta

–Yoo, emm, ¿nos conocemos?– pregunté un tanto nerviosa.

–Tu a mi no, pero yo a ti si, ahora vete de aquí, este lugar es peligroso– y sin mas se fue caminando entre los árboles.

–NO, ESPERA– grité pero el chico se alejaba más, corrí hacia el y esta vez si pude captar su atención.

–¿Que quieres?– preguntó un tanto fastidiado.

–Respuestas– lo miré

–¿Que clase de respuestas?–

Sentía algo de nervios al tenerlo tan de cerca y mi corazon comenzó a latir a un ritmo un poco mas acelerado.

–¿Fuiste tu el que me entregó la pelota el otro día, no?– lo observe por unos segundos mientras el se debatia entre contestar o no.

–Sí, deberías agradecerme– dio media vuelta y comenzó a caminar, yo me fui tras el y seguí hablando.

–iba a hacerlo pero tú desaparecistes en ese instante–

–Eso es mentira, yo simplemente me fui, cosa que tengo que hacer ahora–

–Tu no te vas a ningún lado– me sorprendí de las palabras que salieron de mi boca inconcientemente, el chico se detuvo y giró a verme.

–¿Y quién me lo va a impedir, tu?– preguntó alzando una ceja.

Me exaspere un poco ya que la conversación estaba tomando otro rumbo y me dispuse a preguntar.

–¿Como demonios me conoces si yo nisiquiera sabía de tu existencia?– me cruze de brazos.

El se quedó mudo por unos instantes y luego soltó un suspiro

–olvida lo que te dije y vete a tu casa, no tengo nada más que decirte– y así sin mas se alejó de mi, me quedé parada en ese mismo lugar tratando de asimilar lo que acababa de pasar, pero luego de un rato me comenzó a dar miedo estar sola en ése bosque, asi que di media vuelta y comenze a caminar rumbo a mi casa.

(***)

Me encontraba sentada en el borde de mi cama tratando de asimilar lo sucedido tiempo atras, no podía dormir pensando en ese hermoso chico de ojos miel y exquisita fragancia, pero a pesar de eso, no me sentía nada mal, al contrario, me sentía muy bien, experimentaba una leve atracción por ese misterioso ser. Al cabo de una hora el sueño me invadió por completo, me recoste en la cama y enseguida me dormí...

(***)

– _____ nena levantate, ya es tarde– decía Verónica mientras saltaba sobre mí en la cama.

–joder Vero que quieres?, dejame dormir– hablé un tanto adormilada.

–Que te levantes e dicho, es un día hermoso– abrió la cortina. –El sol ya salió, y bueno, la abuela y tu padre están indignados contigo– soltó de repente

–Que?, ¿Porque?– pregunté mientras me fregaba los ojos y me sentaba en la cama.

–Puesss, porque no fuistes a desayunar con nosotros en el comedor, tu sabes, la absurda tradición de desayunar toda nuestra hermosa familia junta– habló con sarcasmo. –Según y que no lo haces desde ayer–

Eso era cierto, ayer había desayunado con Carlota y las cocineras antes de irme a la biblioteca.

–¿Que hora es?–pregunté somnolienta.

–Uffff, ya son la 1:30 de la tarde– dijo con las manos en las caderas.

Salté de la cama y me metí al baño para comenzar a cepillarme.

–Eso quiere decir que ya almorzaron, no puede ser, me van a matar–

Salí del baño y cambié mi pijama por algo más presentable, tomé a Veronica del brazo y salí corriendo con ella hacia las escaleras, al llegar abajo me encontré a mi abuela hablando por el celular y a mi padre sentado en el sofá.

–Buenos días– dije mientras me acercaba a el.

–¿Buenos dias?, buenas tardes querrás decir– se levantó del sofá y pasó por mi lado, se notaba su molestia.

Verónica y yo nos vimos las caras y rodamos los ojos. Caminé hacia la cocina, tenía mucha hambre necesitaba comer algo.
Al llegar, una señora me preparó un salmón a la plancha con ajoporro y tocineta, estaba exquisito.

Después de comer caminé hacia la parte trasera de la mansión, necesitaba un poco de aire libre, esa parte de la mansión tenía un hermoso jardín lleno de flores con algunas bancas dispuestas por el lugar.

Me senté en una de ellas, el aire chocó con mi rostro llevando mi cabello hacia atrás, cerré mis ojos y me deje llevar por mis pensamientos, ¿Quien era el chico del bosque?, ¿Porque dijo que me conoce?, hay tantas preguntas que quisiera hacerle, necesitaba verlo, tenía que hacerlo, pero ¿Como?

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Chic@s, sus comentarios son los que me hacen seguir con esta novela, de verdad agradezco el apoyo de tod@s ustedes, son lo máximo.

Pd: si les va gustando, voten y comenten porfa. Mañana otro cap, se les quiere mucho.

Pdd: llegó la acción babyssss jajajaja okno, loveu <3

The Enchanted Forest  (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora