Capítulo 18.

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Me quedé en silencio. No sabía qué hacer; tenía miedo.
El susto me paralizó, yo seguía abrazada de Trevor, sin decir absolutamente nada.
-¿Qué fué eso?- habló Crawford, con un nudo en la garganta.
-No lo sé, sonó cómo...-
-Hannah.- interrumpí a Trevor.- Hannah, oh Dios, ¡Les dije que era una mala señal!-
-Ellen por Dios, basta. Actúas cómo una loca, todos tenemos miedo.
-¿Ahora tú, Crawford? Primero era Hannah y ¿ahora tú?- tragué saliva- Me tienen harta, la buscaré por mi cuenta-
-Ellen, no...
Trevor se detuvo: me aparté de sus brazos. Sequé las lágrimas que se acumularon en mis ojos, las cuáles muy pronto caerían, cómo una cascada pequeña.
Recordé qué tenía teléfono (idiota se nace) y encendí la luz del flash. Caminé sola por el pasillo de los baños de chicas, pero en un par de minutos, se llenó casi por completo. Era difícil caminar por una multitud, especialmente si vas en dirección contraria, Ellen, Ellen. Siempre tan diferente.
-¡Hannah!- grité con fuerza, sin respuesta de vuelta. -¡Hannah, ¿estás ahí?!- grité nuevamente.
-Ellen, ayuda.- oí de lejos, un leve susurro que decía mi nombre, en señal de socorro. Un escalofríos recorrió mi cuerpo, imaginé lo peor.
-Ayuda, porfavor-
La voz otra vez.
-¿Dónde estás?- pregunté, sin la esperanza de que llegaran a responder.
-En los baños de chicas- se oía de lejos.
-¿Quién eres?- dije.
La voz paró.
Me dirigí hacia los baños, retrocediendo unos cuantos pasos. Con el mayor cuidado, sin tropezar con nada, llegué a la puerta de los baños. Qué miedo. La abrí.
Un olor extraño salía tras la puerta, cómo...cómo a sangre.
-¿Eres tú, Ellen?- dijo la voz.
Ahora sonaba más femenina: con temor y debilidad.
-Sí, estás en buenas manos.- me fui en dirección a la silueta que se ocultaba tras las sombras, sin alumbrar nada. El olor era más y más fuerte. Alumbré la silueta, para no encontrarme con sorpresas pesadas. Para mi mala suerte...era Hannah.
-¿¡QUÉ DEMONIOS TE OCURRIÓ HANNAH!?- me alteré. Vi a Hannah empapada de sangre, con la cara golpeada y rasguñada. Estaba totalmente masacrada.
-Me golpearon, me atacaron. Ayu...ayudame.- balbuceaba Hannah.
Llorar fue inevitable. Me alteré, el corazón se me detendría. Al observar las heridas de Hannah me di cuénta que su pierna había sido herida por un cuchillo.
Ay Dios.
Escuchar a Hannah quejarse daba escalofríos; me dolía tanto cómo a ella.
Opté por curar sus heridas, podrían infectarse. Para mi buena suerte, había alcohol en el botiquín del baño, lo que me hizo más fácil el trabajo.
Humedecí parte de un algodón, con mucha rapidez. Hannah no podía esperar. Lo puse sobre su pierna, con mucho cuidado:
-¡Duele!- chilló Hannah
-Basta, calmate. Necesito curarlo- hablé con firmeza, la verdad no tengo idea de dónde saqué valor:
-Ti...tienes razó...¡AUCH!- No paraba Hannah. La hice respirar, pues estaba muy alterada.Mis manos estaban llenas de sangre, era horrible:
-Llama a Trevor-

Tomé mi teléfono y se lo dí a Hannah.Ella, casi sin fuerzas, marcó y habló: -Aló, nece...necesitamos ayuda. Ven a los baños de chicas, Trevor...
La llamada se cortó. No había señal,¿qué?

Terciopelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora