Estaba todo oscuro. Casi media noche.
Mamá y yo estábamos exhaustas, veníamos de Rusia. De un viaje demasiado largo, ¿qué esperaban?
Agh, si. Soy de Rusia.
Fui a mi habitación, estaba totalmente vacía. El eco era mi único acompañante, casi oía mis pensamientos. El viento soplaba las rendijas de la ventana, haciendo un sonido bastante agradable; casi cómo flautas al ritmo del compás. Mis pasos cada vez me hacían adentrarme más y más a esa oscura habitación, volviéndose cada vez más profundos. Yo mantenía mi boca cerrada.
La voz de mamá me distrajo y volví a reaccionar.
-¡Ellen! ¡Lleva tus cosas a tu habitación!- dijo la dulce voz de Ritah, mi madre.
La verdad es que admiro mucho a mi mamá, salimos adelante sin la necesidad de mi padre. Se divorciaron hace mucho, en verdad no me importa.
-¡Ya voy!- fue lo único que dije y bajé rápidamente las escaleras. Al llegar abajo encontré a Ritah sobre el sofá, que habían instalado.
Sus ojos mostraban cansancio, a diferencia de su cuerpo. Se veía muy joven; invitó a sentarme por un momento, yo asentí. Estaba casi igual que ella.
Reímos por un largo tiempo, y por un momento comenzamos a comer. Compró unas hamburguesas, estaban deliciosas. Todo estaba excelente, esos ojos azules se prendían otra vez, ya con más energía: instalamos el televisor.
-Veamos qué nos ofrece nuestro amigo- Dijo Ritah, entre risas.
Encendió el televisor, e inmediatamente algo llamó mi atención...el noticiero.
-¿Asesinatos?-me dije a mi misma.- Acaban de mostrar un asesinato en mi futura...preparatoria.- pensé.
Ay no. No quiero morir.
Iré a un colegio homicida.
No...no Dios.
-¡MADRE NI CARAJOS PIENSES QUE IRÉ A ESE COLEGIO!- le grité a Ritah, la cual abrió sus hermosos ojos enormemente, mirándome extraña:
-No, hija. No morirás- lleva lentamente su mano fría a mi hombro. Me sobresalto y quito mi hombro.
-Perdona, es solo...¡sabía que era mala idea mudarnos!- golpee el sofá con furia.
-Hija, no pasará nada. Lo prometo- me da un cálido abrazo, al cual correspondo de inmediato, sentir su calor de madre era totalmente...relajante.
-Pero...si algo sucede...me sacas de inmediato, ¿si?- hice un puchero a sus espaldas, eso es bueno por que ella se pone cursi y me da abrazos y besos.
-Lo prometo mi nena- Besa mi cabeza.
Lágrimas caían por mi rostro, mis manos sudaban y temblaba todo mi cuerpo.
Esa noche me dormí en el sofá con mamá.
ESTÁS LEYENDO
Terciopelo.
TerrorEsta es la extraña historia de Ellen O'connor, una joven de 16 años que vive demasiadas aventuras. La normalidad no durará para siempre, ya que aparece un psicópata...algo extraño. El asesino es más cercano a ellos de lo que parece. La historia se a...