6 Meses de redención.

4.

Los siguientes días de las siguientes 3 semanas pasaron igual, llenas de trabajo, comidas con Arié, quien oficialmente había dejado de ser "mi compañero de trabajo" y se había convertido en mi amigo, que era lo único bueno que había sucedido hasta entonces, la situación con Brandon había convertido mi vida en una tortuosa rutina diaria de dolor, me levantaba y le llamaba sin obtener respuesta, escribía un mensaje que jamás respondió, llamar a su madre quien seguía sin responder, hablarle a la mía y llorar justo después de colgar, trabajar, reír los 20 minutos que tenía para comer con Arié, después volver a trabajar, más tarde a casa, volver a llamarle a Brando, volver a ser ignorada y entonces, llorar por él.

La mañana del 27 de septiembre me despierto sintiéndome diferente, sin la necesidad de llamarle y ser enviada a buzón, o dejarle un mensaje que sabia no tendría respuesta, ni siquiera tengo ganas de ponerme de pie, no me siento triste, no quiero llorar, simplemente me siento sin sentido, sin ganas, vacía, camino hasta el baño y tomo una ducha, después me maquillo ocultando las marcas bajo mis ojos, coloco mi ropa, mi bolsa y salgo de casa, tomo un taxi pues no me dirijo a la oficina, sino a ver a un cliente, a pesar de que las cosas en mi vida personal estaban viéndose.. o mejor dicho, ni siquiera se veían, las cosas en el trabajo estaban yendo de maravilla, todos los casos que tomaba los había ganado y ahora mi nombre era uno de los más sonados y con más posibilidades de obtener la plaza, pues era la primer "novata" que superaba a un abogado del bufete en casos, en el último mes había llevado alrededor de 35 casos, 15 de ellos llevados a juicio y los otros arreglados pacíficamente, la casa de mamá tenía baños nuevos, su coche había sido arreglado, mamá y la abuela habían volado a Seattle y sus preguntas sobre Brandon habían terminado, y aunque posiblemente era lo mejor, era como si ellas ya hubiesen perdido la fe, algunas veces se sentía como si Brandon solo era una alucinación, un bello recuerdo de un sueño lejano, pero yo sabía que era real, tan real como el dolor instalado en mi pecho.

—Licenciada Menster –murmura el hombre mientras entro y sonríe.

—Señor Ledween –saludo y estrecho su mano, me siento en la silla frente a él y antes de poder hablar él lo hace.

—Gracias por aceptar verme aquí –dice y niego.

—El hotel es agradable, y escuché que la comida era buena –digo y ríe.

—Excepto la de niños, mis hijos solo comen hamburguesas –señala y sonrío, la mujer trae dos vasos y los llena de agua de Jamaica, mismo que no puedo rechazar.

—Así que... ¿Cuál es el problema? –pregunto y suspira.

—Hace dos meses murió mi padre –dice él, —dejó testamento, dos en realidad, uno que hizo hace unos 20 años en el que deja protegidos a todos sus hijos, dentro y fuera del matrimonio, y la casa en Francia se la deja a la madre de sus 3 hijos, y la de los Ángeles a mamá, pero aparentemente hace unos 5 meses el firmó otro, en donde le deja todo a la madre de sus hijos, la mujer con la que tuvo una aventura –se explica, —y ahora ella quiere sacar a mamá de la casa, incluso cuando ella pagó la mitad del costo cuando se compró –señala y suspiro.

—¿y ustedes no sabían del nuevo testamento? –Pregunto y niega, —¿tiene una copia? –pregunto de nuevo y niega.

—Se la he pedido a su abogado, pero se niega a entregármelo, solo dijo que si no salemos de casa, nos hará echar de allí en un mes –dice y asiento.

—Primero que nada necesito ver ese testamento y asegurarnos de que sea legal, de ser así, ya procederemos con lo siguiente, y si no es así, simplemente respetar el primero –indico y asiente, saco mi tarjeta, las cuales Arié consiguió para mi, y se la entrego, —necesito el nombre de la mujer, de su abogado y la dirección para enviarle la petición para ver el testamento –señalo.