Traición en las sombras

- Capítulo 42 -

Isabella

Otro día más sin ella...

Hace unos días Dimitri me dejó en esta casa de seguridad, no ha vuelto desde entonces, ni se ha intentado comunicar. No sé que está pasando allá afuera, necesito ir con Amber y explicarle todo, no se puede quedar con esa idea de que yo nunca la amé...

Estar sola en este lugar es una tortura ya que mi mente se encarga de recordarme de que todo fue mi culpa al ocultarle la verdad a Amber. No puedo cambiar el pasado, pero quiero hacer algo para cambiar mi futuro, estos días de soledad también he pensado en mis opciones, quiero estar nuevamente en los brazos de Amber, pero también quiero a mi hijo, me he perdido muchos años de su vida y solo quiero llevarlo lejos de todos.

El primer día que estuve aquí esperé que Dimitri volviera, pero conforme pasaron los días me percaté de que estoy por mi cuenta y que ahora él es mi oportunidad para poder sobrevivir y saber más de mi hijo.

La casa está equipada con lo básico para sobrevivir, pero la verdad es que no tenía cabeza para siquiera comer, lo único que he hecho ha sido llorar y pensar en todo lo que pudimos llegar a ser de no haber sido por mis errores.

Hoy decidí recorrer toda la propiedad, si voy a estar aquí encerrada por quién sabe cuánto tiempo, al menos quiero buscar con qué entretenerme. La ventaja de que la casa está a las afueras de la ciudad es que no está el ruido de la ciudad, se puede sentir una pequeña paz al escuchar la naturaleza, los pájaros volando, el viento moviendo las ramas de los árboles y el sol acariciando mi piel. Durante el tiempo que estuve en el pequeño jardín intentando despejar mi mente también estuve escribiendo en un pequeño diario todo lo que ha pasado en estos días, si no tengo a alguien con quién desahogarme al menos lo haré en el papel donde sé que podré plasmar mis sentimientos.

Una vez que terminé de escribir todo lo que siento regresé a la casa para continuar con mi recorrido por la propiedad. Toda la casa está decorada de la misma forma que las otras dos casas de Amber, sin embargo en esta casa hay fotografías de Dimitri a lo largo de los años, casi como si este hubiera sido su hogar, recorro todas las fotografías colgadas en la pared, hay unas de él jugando futbol, otras de él a lado de un Luc joven, así como una fotografía familiar donde veo a una Amber de apenas unos diez años. Todas las fotografías de él no muestra ninguna emoción, solo su clásica mirada fría como si fuera ajeno a todo sentimiento humano.

Llego a una habitación que parece ser más una oficina, al acercarme al escritorio lleno de documentos veo dos fotografías que me sacan involuntariamente una sonrisa, una es de un pequeño Dimitri a lado de la tía de Amber con una sonrisa tímida y la otra fotografía es de él con mi hijo, ambos tienen una gran sonrisa y no puedo evitar soltarme a llorar al seguir viéndolo crecer a través de fotografías. Me robó muchos momentos con él...

Tomo la fotografía entre mis manos y la llevo a mi pecho como si de alguna forma pudiera abrazar a mi hijo. Quiero tenerlo ya en mis brazos, daría lo que fuera por tenerlo cerca por un momento. Al limpiarme las lágrimas puedo ver con claridad el contenido del escritorio y toda la tristeza que tenía hace unos momentos se esfuma al ver las fotografías de Amber y de su ex novia en el hotel.

-No creí que fueras de esas personas que invaden la privacidad de otros - su voz me hace brincar del susto y al voltear veo a Dimitri con una mirada fría. Sin esperar mi respuesta sale de la habitación y lo sigo sintiendo el enojo crecer en mí.

¿Por qué él tenía esas fotografías?

Llego al comedor intentando contener mis emociones para evitar que me pueda lastimar, que me haya ayudado no quiere decir que no me pueda lastimar. Mis alarmas vuelven a saltar en el momento en que nuestras miradas se encuentran, todos los recuerdos de esa noche donde me embarazó, los juegos y del día que supe que mi hijo estaba vivo llegan como un golpe de realidad.