V e i n t e

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Mi mirada se quedó perdida en la nada, mientras de fondo Lisa discutía con Spencer, como solía ser habitual.

—¡Vivir contigo es un verdadero infierno! —gritó la pelinegra, consiguiendo que él lanzara una carcajada.

—Claro y vivir contigo es el paraíso —ironizó mi hermano, terminando de ponerse su camisa.

—¿Podrían callarse de una vez? Me tienen al borde del colapso —pedí irritada, cubriéndome el rostro con las manos.

—Yo no iré con él a la fiesta —señaló Lisa, dejándose caer sobre el asiento frente a mí.

—Bueno, si prefieres tomar el bus, hazlo. Pero mi hermana se irá conmigo —respondió Spencer—. ¿Ya estás lista, Parker?

La mirada de los dos se estancó en mí, haciéndome sentir entre la espada y la pared. No quería tomar bando alguno, ambos eran personas importantes en mi vida; sin embargo, no podía hacerme la ciega cuando claramente Spencer provocaba las disputas el 99% de las veces.

—Hermano, no te preocupes. Le diremos a Harry y Sophie que pasen por nosotras —sugerí, sonriendo y acercándome a él.

—A mí no me preocupa, pero estoy seguro de que si mis papás se enteran que te deje salir sola en la noche, me aniquilan. —Spencer se encogió de hombros y lo miré de mala gana—. Entonces me voy, suerte.

—Tonto —musité cuando lo vi salir del apartamento.

—De hecho, Marc dijo que pasará por mí —anunció Lisa, sonriendo inocentemente—. ¿Quieres irte con nosotros o con Sophie y Harry?

Me hice la pensativa por un momento, a pesar de que ya tenía la respuesta.

—No quiero ser un mal tercio, gracias.

En ese instante, el sonido del claxon de un auto interrumpió nuestra conversación. Lisa se apresuró en asomarse por la ventana.

—Es Marc —avisó, tomando con rapidez su bolso—. Nos vemos allá.

Me limité a asentir.

Estando en mi soledad empecé a sentirme intranquila porque llevaba días evitando confrontar a Jamie y no sabía cuánto tiempo más podía fingir que nada ocurría. Me sentía culpable y como una persona vil y desleal, aunque no tuviéramos una relación formal.

Al mismo tiempo, todo este tema de Mawi y la familia Weasley, regresaba frecuentemente a mis pensamientos, buscando teorías que dieran respuesta a cada una de las dudas que Calum y yo teníamos.

El ruido de otro claxon me sobresaltó y pude reconocer a Sophie inclinada hacia la ventana, saludándome con entusiasmo.

Guardé mi celular y bajé rápidamente, intentando dejar atrás el revoltijo de pensamientos que me había invadido momentos antes. Al abrir la puerta del auto, Sophie me recibió con una sonrisa radiante. El hecho de que la fiesta fuera en casa de Donnie me hacía intuir el porqué de su entusiasmo.

—¡Por fin! Creí que cancelarías a última hora —dijo, haciendo un gesto para que subiera al asiento trasero.

—¿Por qué haría eso? —respondí, forzando una sonrisa mientras me acomodaba.

—Tal vez porque últimamente pareces más distraída que nunca —intervino Harry desde el asiento del conductor, echándome un vistazo por el retrovisor—. ¿Todo está bien?

Detecté algo en su mirada que me hizo pensar que era muy posible que él estuviera enterado acerca de la investigación conjunta que Calum estaba realizando con nosotras.

—Todo en orden —mentí, sabiendo que ninguno de los dos se lo creería por completo.

El auto arrancó, y Sophie, con su energía inagotable, empezó a hablar sobre lo que esperaba de la fiesta. Yo la escuchaba a medias, con una sonrisa automática, hasta que ella mencionó un nombre que me hizo tensarme en mi asiento.

CalumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora