Leonardo Folch era una de las pocas personas de la "aristocracia neoyorkina" que se podían permitir el lujo de vestir cualquier prenda de moda rídula, extravagante y ultra carísima, sin perder el glamour ni el estilo. Y esta no era la excepción.
Como aún era invierno, la ama de llaves que lo cuidaba como a su propio hijo, le había insistido que debía protegerse del frío, así que sobre sus hombros colgaba un enorme abrigo en gris plata con un adorno de piel alrededor del cuello; parecía un enorme vestido. Debajo, podía verse perfectamente el suéter color salmón, del que sobresalía el cuello de una camisa blanca, pero tal vez lo peor eran esos pantalones grises ajustados a sus "piernas de pollo", como Helena las había nombrado en sus pensamientos el día anterior. Tenían brillo, su estampado era algo que no tenía nombre, estaban enrollados hacia arriba en la parte del tobillo, dejando mostrar sus pequeños tobillos, y finalmente, los zapatos negros. Él era todo un caso de la moda.
Había estado esperando a que "rojita" llegara a su cita, desde media hora antes, ya que le urgía hablar con ella, pero la chica simplemente no se dignaba a aparecer. Estuvo sentado en el escalón de la estatua de un hombre del cual jamás había escuchado en su vida, y continuó esperando tanto tiempo que su trasero casi se quedaba pegado al concreto lleno de nieve, pero finalmente, visualizó una cabellera roja brillante, que contrastaba perfectamente con el lúgubre ambiente que se percibía después de que las fiestas habíam terminado.
Helena lo hubicó rápidamente después de ver ese terrible vestido de anciana que traía puesto, y corrió hasta él al ver lo enfadado que lucía. Era como ver a una esfera navideña enfadada, y rió ante su estúpido pensamiento repentino.
-Llegas tarde, rojita.-fue lo primero que le dijo al verla llegar-Cuarenta minutos. Anda, explícate.
-Mi hermanito estaba en la cancha de baloncesto cerca de mi casa, junto con mi otra hermana.-dijo ella, recobrando el aire que había perdido al correr hacia él-Fue a buscar el balón, que había salido volando, y casi lo atropella un auto. Tuve que llevarlo al hospital, pero ya está bien.
-Uhm, de acuerdo. Estás perdonada, pero ya tienes una tarjeta amarilla, Helena.-murmuró él, siendo lo más comprensible que su desalmado ser le permitió; ella lo miró confundida-Ya sabes, una advertencia. No.Me.Gusta.Que.Me.Hagan.Esperar. ¿entendido?
-Tarjeta amarilla... debes estar bromeando-masculló con leve enfado-¿Qué es esto, fútbol?
Ella hizo una mueca, puesto que estaba malhumorada y no tenía ánimos para soportar las exigencias de un maleducado chico rico que demanda atención a gritos. Volvió la mirada, para encontrarse con una viejo amigo de su antiguo instituto, y lo saludó con un movimiento de mano, a lo que el respondió con una cálida sonrisa que le derritió el corazón.
-¿Amigo tuyo, rojita?-inquirió Folch con una mueca en su rostro, que fingía ser una sonrisa.
-¡Ah, si! él es Fred, es mi...-dijo suspirando, para luego detenerse y mirar a Leo-¿Y a ti qué te importa?
-¿C-cómo q-q-que qué me importa? Y-yo sólo... intentaba hacer plática, si eso. -dijo él, perdiendo su actitud "cool"- Pero a decir por tu actitud, él debe ser más que un amigo, ¿o me equivoco?
-Pues él me gust... agh, ya te dije que eso no te incumbe, Leonardo. Olvídalo.-sentenció ella rápidamente, a la defensiva-Y no utilices mi vida privada o amistades como tema de conversación de ahora en adelante.
-Pues si me interesa, porque tu querido amiguito viene hacia acá-le avisó él, volviendo a adquirir su actitud arrogante-... y no es gran cosa como parece. Ya veo por qué es tu tipo.
-¿De qué está habl...-dijo, pero se detuvó al toparse al otro chico de frente-¡Hola, Fred! Hace mucho que no te veo, ¿cómo estás?
-Excelente ahora que te veo, Helena.-respondió con dulzura, haciendo que ella se ruborizara tímidamente-Oí que no volverás este año a la escuela.
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THE DIAMONDS' GARDEN
RomanceHelena Clark es una joven estudiante de diecisiete años que ha tenido más trabajos de medio tiempo que novios en toda su vida. Siempre ha luchado por ayudar a sus jóvenes padres, y junto a sus hermanos menores, Noah, Avery y Simon, han salido adelan...